VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA
2007

LITERATURA Y MEDICINA

LITERATURA Y MEDICINA
LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA

sábado, 13 de enero de 2018

GABO: CARTAS Y RECUERDOS

GABO: CARTAS Y RECUERDOS
Edgardo Malaspina
1
 Así se llama el libro del afamado periodista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, y en  el cual  habla (en 250 páginas) de su amistad con Gabriel García Márquez, desde los tiempos universitarios hasta que lo acompañó a recibir el Premio Nobel de Literatura. Esa amistad estableció fuertes lazos desde el momento que Plinio Apuleyo se atrevió hacerle observaciones a uno de los primeros libros del Gabo. Desde entonces el autor de Cien años de soledad le confió la lectura de sus libros antes de publicarlos.
2
Esta obra de PAM es una cátedra de periodismo, literatura e historia contemporánea.
3
Gabo, según PAM, “le robaba horas enteras al sueño para escribir cuentos o novelas”, cuando dejó definitivamente la universidad para dedicarse de lleno  a lo que más amaba: la literatura.
4
Gabo se refiere a su disciplina férrea así: “La verdad es que la disciplina te la da el propio tema. Si lo que estás haciendo te importa de veras, si crees en él, si estás convencido de que es una buena historia, no hay nada que te interese más en el mundo y te sientas a escribir porque es lo único que quieres hacer…”. “El deber de un revolucionario es escribir bien …(y) la única posibilidad que se tiene de escribir bien  es escribir las cosas que se han visto”. Gabo es terriblemente exigente con sus manuscritos, los cuales pasan por todos los filtros “hasta quedar seguro que no le falta ni le sobra una sola coma”
5.
PAM pensó siempre que Gabo tenía su vida muy planificada para llegar hasta donde llegó; sin embargo, una vez le confesó entre copas de champaña: “Yo no sabía, te lo juro, hasta donde podía empujar el carro. Simplemente me levantaba cada mañana, sin saber que iba ser de mí, y lo empujaba. Un poco más. Siempre un poco más, sin saber si llegaba o no llegaba. Sin saber nada”. Luego Gabo se compara con Macomber, el personaje de Hemingay que sale a cazar un león con miedo, pero igual lo mata, y agrega: “Todos tenemos que cazar un león. Algunos hemos llegado a hacerlo. Pero temblando”; y PAM filosofa dialécticamente  que del miedo nacen los valientes; del fracaso, el triunfo; y del infortunio, la dicha.
6
Al principio de la revolución cubana ambos escritores fueron invitados a un fusilamiento, pero declinaron la invitación “porque a la muerte y al amor no se  les puede mirar por el ojo de la cerradura”.
7
PAM fue simpatizante de las revoluciones comunistas, pero luego las rechaza por ser sectarias y dogmáticas .No acepta que estos movimientos políticos confíen el poder a un solo jefe, con cuya desaparición una burocracia gris y férrea pretende eternizarse. Critica que en los regímenes de corte comunista se limite la libertad de expresión recurriendo a eufemismo y al idealismo semántico. También critica irónica y duramente a los falsos revolucionarios que no beben champaña en público argumentando el sufrimiento del pueblo, pero si lo hacen en privado al menos que lo prohíba un problema cardíaco”.
8
PAM  se refiere al caso Padilla (1971) que dividió a los intelectuales de la época. Muchos no dudaron en ver que la revolución cubana estaba tomando un rumbo autoritario y represivo( Vargas Llosa y más de medio centenar de escritores ); otros como el propio Gabo, callaron; pero Julio Cortázar era el más radical a la hora de seguir apoyando a Fidel Castro .Esto le  valió el calificativo de “viejo verde de la política”: “porque llegó al compromiso con la revolución , con la izquierda y con el socialismo a una edad crepuscular, pero con el fervor enteramente acrítico de un adolescente”.
9
Plinio Apuleyo Mendoza y Gabriel García Márquez tienen opiniones distintas sobre las revoluciones latinoamericanas; pero seguían siendo buenos y viejos amigos a pesar de esas diferencias políticas “porque se han acostumbrado a no tocar el tema, salvo por un ocasional intercambio de bromas”.
10

PAM recuerda que cuando acompañó a Gabo en Estocolmo para recibir el Premio Nobel, éste le murmuró, sorprendido ante la parafernalia de la ceremonia con luces, flores y trajes de etiqueta: “Mierda, esto es como asistir uno a su propio entierro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario