TOKIO BLUES DE HARUKI MURAKAMI
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
Un amigo me comentaba que Tokio Blues es un monumento
al fastidio: “En esta novela no pasa
nada, salvo algunas escenas de sexo para que el lector no se duerma, como la
sorprendente historia de una niña de trece años que casi logra que una mujer
treintona se convierta en lesbiana, y alguno que otro cuadro erótico disperso a
lo largo de la trama…En la película tampoco pasa nada. Lo único rescatable son
los libros y autores citados: El gran Gatsby,
Eurípides, Hess, Mann, El Guardián en el centeno, Balzac, Dante, Dickens
… ”.
Bueno, he aprendido a respetar las opiniones de los
demás, por eso le contestó :Hay mucho más que eso.
2
Haruki Murakami dice que “Si uno cada vez que escribe
no se vuelve un poco más sabio, entonces no tiene ningún sentido escribir”.
Podemos parafrasearlo y decir que, si uno lee y después de la lectura no aprende
un poco más , entonces no tiene ningún sentido leer. Creo que de Tokio blues se
aprenden muchas cosas sobre el alma japonesa: su idiosincrasia, la manera
parsimoniosa de contemplar el escenario de la vida ,sobre su gastronomía y sobre
su cultura en general.
La
sola descripción pormenorizada con sus respectivos componentes y condimentos de
platos como nimono,misoshira,
norimaki,inarizushi,sukiyaki, fideos konnyaki nos hace agua la boca.
3
La escritura es detallista , pausada y calmosa pero
muy pulcra. El autor, que en muchas entrevistas reconoce su melomanía, empieza
con un recuerdo musical: Norwegian Wood
de los Beatles. Luego habrá muchas referencias a canciones populares y a los
grandes clásicos.
4
Hay varios suicidios. Resaltamos dos: el de Kizuki ,
el primer novio de Naoko, y el de esta última, recluida en un sanatorio por
presentar síntomas que encajan perfectamente en un cuadro clínico de
esquizofrenia.
5
Un triángulo amoroso recorre toda la narración, o para
ser más precisos, un triángulo y medio. Watanabe (el héroe principal) y sus
novias Naoko y Midori. Al final, como de paso y a medias se anexa Reiko, la
amiga y consejera de Naoko que les dobla la edad a todos los otros actores;
pero cuyas arrugas le parecieron muy bonitas a Watanabe.
Se puede hablar también de dos triángulos unidos a
través de sus vértices, porque Watanabe dice: “De la misma manera que Naoko y
yo compartimos a un muerto, a Kizuki, Reiko y yo compartimos a una muerta , a
Naoko”.
Reiko desde que
aparece hace las veces de confidente (lee las cartas de los novios, quiere
estar al tanto de sus pasos, etc.) y protectora de Naoko y Watanabe, pero muy disimuladamente
le lanza a este último señales que van más allá de lo amistoso: el muchacho se
sonroja cuando Reiko le dice “para ser tan joven sabes muy bien cómo hacer
felices a las mujeres”
Reiko, luego que Naoko se ahorca en un bosque, se
viste con su ropa, a petición de la suicida, Todo esto a contrapelo de lo dice Marie Kondo, la famosa
consultora japonesa que aconseja no regalar ropa usada (La magia del orden,
2011).
6
“Soy de ese tipo de personas que no acaba de
comprender las cosas hasta que las pone por escrito”.
“Era consciente de que una vez que brotara la primera
frase , las restantes fluirían espontáneamente”.
7
“La muerte no existe en contraposición a la vida sino
como parte de ella”.
“El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza
que sentimos al perder un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad , ni la
fuerza, ni el cariño son capaces de
curar esta tristeza . Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor
esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le
sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso”.
8
“Leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y
cerraba los ojos y me llenaba con su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un
libro, tocando sus páginas, me sentía feliz”.
9
Nagasawa, el amigo de Watanabe, sólo leía libros cuyos
autores tenían treinta años de muerto. Sólo me fío de esos libros, decía.
10
“Hay dos tipos de personas: los que son capaces de
abrir su corazón a los demás y los que no”.
11
Midori dice no entender El capital de Marx cuando
estudiaba en la universidad, donde se hablaba de la explotación imperialista, y
se preguntaba si al culminar sus estudios podría encontrar trabajo en una
empresa que se supone es imperialista.
12
“En una caja de galletas hay muchas clases distintas
de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te
gustan, y al final sólo quedan las que no te gustan. Pues yo , cuando la estoy
pasando mal, siempre pienso: Tengo que acabar con esto cuanto antes y ya
vendrán tiempos mejores. Porque la vida es como una caja de galletas”.
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