VERSOTERAPIA

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2007

LITERATURA Y MEDICINA

LITERATURA Y MEDICINA
LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

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martes, 10 de octubre de 2023

LOLITA

 

LOLITA

ERMG

 

 


Lolita (1955) de Vladimir Nabokov trata del amor depravado de un hombre de 40 años por una niña de 12 años que además es su hijastra. Aquí hay pedofilia e incesto, Pero la trama es narrada magistralmente con muchos recursos literarios ; además el héroe encuentra inspiración en grandes personajes del mundo de los libros , cuyos amores fueron idealizados : Dante y Beatriz, Petrarca y Laura, Poe y Virginia, etc.

 

 

FRASES Y PÁRRAFOS

1

El sueño asegura la impunidad.

2

El tiempo se adelanta a nuestras fantasías.

3

No puedo existir si no me imaginas.

4

…Quedaron inmortalizados, en la medida en que puede considerarse inmortal el papel y la impresión de un periódico pueblerino.

5

Lo espantoso de morirse es que se queda uno tan librado a sí mismo

PÁRRAFOS

1

Un experimento científico.

Humbert Humbert, el héroe de la novela, se venga de manera surrealista del hombre que le arrebató a su esposa .Maximovich:

“Tuve mi pequeña venganza a su debido tiempo. Un hombre de Pasadena me dijo un día que la señora Maximovich, née Zborovski, había muerto al dar a luz en 1945; de algún modo, la pareja había ido a parar a California, donde se había prestado, a cambio de un salario excelente, a un largo experimento ideado por un distinguido etnólogo norteamericano. El experimento consistía en observar las reacciones humanas y raciales a una dieta de bananas y dátiles, en una constante posición de cuatro patas. Mi informante, un doctor, juró que había visto con sus propios ojos a la obesa Valechka y a su coronel, por entonces con el pelo gris y también muy corpulento, gateando diligentemente por los bien barridos suelos de una serie de cuartos muy iluminados (frutas en uno, agua en otro, esteras en un tercero, etc.), en compañía de otros cuadrúpedos alquilados, escogidos entre grupos indigentes y desesperados. He tratado de encontrar los resultados de esas pruebas en la Revista de Antropología, pero parece que aún no se han publicado”.

2

Sobre las bibliotecas de las cárceles:

“El absurdo eclecticismo gobierna la elección de libros en las bibliotecas carcelarias. Tienen la Biblia, desde luego, y Dickens (un ejemplar antiguo, Nueva York, ed. G. W. Lillingham, MDCCCLXXXVII); el Tesoro de la juventud, con algunas bonitas fotografías de girls scouts con pelo color de miel, en pantalones cortos; y El anuncio de un crimen, de Agatha Christie. Pero también tienen coruscantes fruslerías tales como Un vagabundo en Italia, de Percy Elphinstone, autor de Vuelta a Venecia, Boston 1868, y un Quién es quién en el teatro relativamente al día (1946)”.

3

Los psiquiatras:

“El lector lamentará saber que poco después de mi regreso a la civilización, tuve otro ataque de locura (si puede aplicarse ese término cruel a la melancolía y a una sensación de angustia insoportable). Debo mi completa recuperación a un descubrimiento que hice en ese mismo y carísimo sanatorio. Descubrí que había una fuente inagotable de placer en jugar con los psiquiatras: consistía en guiarlos con astucia, cuidando de que no se enteraran de que conocía todas las tretas de su oficio, inventándoles sueños elaborados, de estilo puramente clásico (que los hacían soñar y despertarse a gritos a ellos mismos, los extorsionistas de sueños), burlándolos con fingidas «escenas primitivas», ocultándoles siempre el menor vislumbre de la propia condición sexual. Soborné a una enfermera para tener acceso a los ficheros y descubrí con regocijo una tarjeta en que se me describía como «homosexual en potencia» e «impotente total». El deporte era tan bueno y sus resultados –en mi caso– tan rotundos que me quedé todo un mes después de haber sanado (dormía admirablemente y comía como una

colegiala). Y hasta agregué otra semana sólo por el placer de habérmelas con un poderoso recién llegado, una celebridad desplazada y sin duda trastornada, conocida por su destreza para hacer creer a los pacientes que habían asistido a su propia concepción.”