VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA
2007

LITERATURA Y MEDICINA

LITERATURA Y MEDICINA
LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA

miércoles, 25 de enero de 2023

[7] LA CONJURA DE LOS NECIOS. (1.642)

 

 

 

[7]LA CONJURA DE LOS NECIOS. (1980)


 Edgardo Rafael Malaspina Guerra

La conjura de los necios escrita por John Kennedy Toole (1937-1969), fue publicada póstumamente en 1980. El autor se suicidó, frustrado porque su libro fue rechazado en editoriales.

I

El héroe principal es Ignatius Reilly, un hombre despistado e inadaptado que vive en su burbuja de ideas extemporáneas. Los otros personajes como su madre (la señora Reilly),  “su novia” Myrna Minkoff, el patrullero Mancuso, y todos las demás figuras que aparecen en la obra conforman el elenco de esta corte de ingenuos incorregibles , para la cual la “Máquina de cortar tontos” constituye un verdadero peligro. A propósito de ritmos musicales , es bueno acotar que Ignatius es copia, fiel y exacta, del protagonista de “La flor del trabajo”, la canción de Billo's Caracas Boys.

II

Ignatius vive en la Edad Media . Su área de confort es su cuarto lleno de sus diarios , trazados con “teología y geometría”. Sus diarios contienen sus ideas geniales. Ignatius tiene como punto de referencia para todos sus actos “La consolación de la filosofía” del pensador romano Boecio (480-520), en la cual se le asigna a la Fortuna (diosa) un papel preponderante en el destino de los hombres.

III

Mi profesor Nikolai Alexandrovich Agarzanian (1928-1914) solía hablar de la importancia de los procesos de adaptación, a los cuales definió como un problema hamletiano: “Es el ser o no ser de la fisiología”. Esta definición médica la podemos extrapolar al campo de la vida en comunidad: Si no te adaptas a las imposiciones y reglas de la sociedad, serás excluido; y eso es precisamente lo que sucede con Ignatius al considerar al trabajo como algo indigno. Y en ese sentido, para seguir con las comparaciones en pentagrama, se asemeja al Negrito del Batey.

IV

 

La conjura de los necios es una tragicomedia con muchos diálogos. La sociedad desde el punto de vista de Ignatius es una locura, una trivialidad carnavalesca que hay que enderezar de acuerdo con sus teorías medievales.  La visión de Ignatius sobre el mundo que lo rodea proviene de su entorno familiar completamente disfuncional. Estas familias disfuncionales se encuentran también en otros de los personajes que lo acompañan.

V

Walker Percy publicó la novela póstumamente y escribió : “He aquí a Ignatius Reilly, sin progenitor en ninguna literatura que yo conozca (un tipo raro, una especie de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, fundidos en uno), en violenta rebeldía contra toda la edad moderna, tumbado en la cama con su camisón de franela, en el dormitorio de su hogar de la Calle Constantinopla de Nueva Orleans, llenando cuadernos y cuadernos de vituperios entre gigantescos accesos de flato y eructos”.

 VI

Frases:

1

-Oh, Fortuna, diabólica ramera.

2

Al desmoronarse el sistema medieval, se impusieron los dioses del Caos, la Demencia y el Mal Gusto

3

Tras el periodo en el que el mundo occidental había gozado de orden, tranquilidad, unidad y unicidad con su Dios Verdadero y su Trinidad, aparecieron vientos de cambio que presagiaban malos tiempos. Un mal viento no trae nada bueno. Los años luminosos de Abelardo, Thomas Beckett y Everyman se convirtieron en escoria; la rueda de la Fortuna había atropellado a la Humanidad, aplastándole la clavícula, destrozándole el cráneo, retorciéndole el torso, taladrándole la pelvis, afligiendo su alma. Y la Humanidad, que tan alto había llegado, cayó muy bajo. Lo que antes se había consagrado al alma, se consagraba ahora al comercio.

4

De las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix.

5

Si la válvula pilórica no estaría intentando decirle algo, casandrescamente. El, como medievalista, creía en la roía Fortunae, o rueda de la Fortuna, un concepto básico de De Consolatione Philosophiae, la obra filosófica que había sentado las bases del pensamiento medieval. Boecio, el último romano, que había escrito la Consolatione mientras padecía una prisión injusta por orden del emperador, había dicho que una diosa ciega nos hace girar en una rueda, que nuestra suerte se presenta en ciclos. ¿Significaba acaso un mal ciclo aquella ridícula tentativa de detenerle? ¿Giraba acaso rápidamente hacia abajo su rueda? El accidente también era un mal signo. Ignatius estaba preocupado. Pese a toda su filosofía, Boecio había sido torturado y ejecutado. Y, de repente, la válvula de Ignatius volvió a cerrarse, e Ignatius se echó sobre el costado izquierdo para presionarla y abrirla.

6

—Oh, Fortuna, oh, deidad ciega y desatenta, atado estoy a tu rueda — Ignatius eructó—: No me aplastes bajo tus radios. Elévame e impúlsame hacia

arriba, oh diosa.

7

Hombre limpio, muy trabajador, de fiar, callado. ¡Santo Dios! ¿Pero qué clase de monstruo quieren? Creo que jamás podría trabajar en una institución con semejante visión del mundo.

¿Acaso crees que quiero vivir en una sociedad comunal con gente como esa Battaglia amiga tuya, barriendo calles y picando piedra o lo que ande haciendo siempre la gente en esos desdichados países? Lo que yo quiero es una buena monarquía, firme, con un rey decente, de buen gusto, un rey con ciertos conocimientos de teología y de geometría, y que cultive una rica vida interior.

8

¿Ir a un psiquiátrico? Jamás. Intentarían convertirme en un subnormal enamorado de la televisión y de los alimentos congelados. ¿No comprendes? La psiquiatría es peor que el comunismo.

9

¿Podrías aminorar un poquito la marcha? Creo que tengo un soplo cardíaco.

10

El optimismo me da náuseas. Es perverso. La posición propia del hombre en el universo, des de la Caída, ha sido la de la miseria y el dolor.

11

He dado en llegar a la oficina una hora más tarde de lo que allí se me espera. En consecuencia, me encuentro muchísimo más reposado y fresco cuando llego, y evito esa primera hora lúgubre de la jornada laboral en la que los sentidos y el cuerpo entorpecidos aún por el sueño convierten cualquier tarea en una penitencia. Considero que, al llegar más tarde, mejora notablemente la calidad del trabajo que realizo.

12

Iba a ser un destino malévolo: ahora se enfrentaba a la perversión de tener que ir a trabajar.

13

La comida enlatada es una perversión… Sospecho que es en el fondo muy dañina para el alma.

14

Llevo ya una semana deambulando por el barrio comercial. Carezco, al parecer, de alguna perversión especial que buscan los patronos de hoy.

15

Mi organismo entero está aún agitado. En consecuencia, estoy aún en el proceso de adaptarme a la tensión del mundo laboral. En cuanto mi organismo se acostumbre a la oficina, daré el paso gigantesco de visitar la fábrica…

16

Oh, Fortuna, diabólica ramera.

17

Soy capaz de tantas cosas y no se dan cuenta. O no quieren darse cuenta. O hacen todo lo posible por no darse cuenta. Necedades. Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer.

El bueno lo he intentado andar y no me ha ido bien. Juro que ha sido así. De pequeño hice todo lo que consideré correcto y lo que está bendita New Orleáns, con sus acordes de ébano y sus insoportables chaquetas a rayas me inducía a hacer. Estudié profundamente y traté de trasladar mis conocimientos con pasión. Los estudiantes saben eso. También escribí encerrado en un pequeño mundo-cuarto juntando frases, frustrándome ante las huidizas buenas palabras y las no menos resbaladizas imágenes, comparaciones, situaciones, personajes, diálogos. Asumí estar en ese camino porque es ese el modo como se consiguen los sueños. Al menos eso creía hasta un día, cuando tenía todo acabado y faltaba la confirmación de que había decidido bien. No hubo recompensa. No hubo zanahoria.

Ahí me di cuenta de que ya estaba caminando, lejos de mi voluntad, por la otra senda. Esa que no es la buena ni la mala. Porque está claro que la buena es buena porque es una opción propia. La mala es mala porque también es tu opción. Pero la otra no es algo que hayas escogido, por lo cual no pueden decir que es ciertamente buena o ciertamente mala. Es ciertamente ajena, impropia. Por ese camino involuntario caminé, llevado de las narices, arrastrado como un palo sin poder animarme.

Tuve que resignarme a ser como ellos me ordenaban, a aceptar sus juicios y sus rechazos. A comprobar una vez más que no todos pueden ver más allá de su aliento. A ser víctima de un sistema que hace de gente como yo infelices zombis o incomprendidos. Y hay que tener el espíritu muy bien templado, tal vez como acero damasquino o más, para afrontar semejante fuerza."

-Oh, Fortuna, oh, deidad ciega y desatenta, atado estoy a tu rueda —

Ignatius eructó—: No me aplastes bajo tus radios. Elévame e impúlsame hacia arriba, oh diosa.

 

lunes, 23 de enero de 2023

[6] MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI.

 

 

[6]MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI (1994)


 Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Mañana en la batalla piensa en mí (1994) del escritor español Javier Marías (1951-2022) trata del amor y el adulterio. Gustavo Flaubert decía que  “adulterio es una palabra hermosa”. También trata de la verdad y el engaño, la realidad y las apariencias.

Marta Téllez recibe en su alcoba a su amante, Víctor Francés; y apenas inician el juego previo al sexo, Marta muere. A partir de allí el autor hace unas serie de reflexiones sobre la existencia cotidiana. El esposo de Marta está de viaje y también anda en una aventura. El hijo de Marta está en casa mientras ella muere y jamás sabrá lo que pasó estando tan cerca. Casi todos los personajes tienen sus pecados que guardan con sumo cuidado. Nadie puede lanzar la primera piedra.

1

Nadie piensa nunca que nadie vaya a morir en el momento más inadecuado a pesar de que eso sucede todo el tiempo.

2

Todo viaja hacia su difuminación y se pierde y pocas cosas dejan huella, sobre todo si no se repiten, si acontecen una sola vez y ya no vuelven, lo mismo que las que se instalan demasiado cómodamente y vuelven a diario y se yuxtaponen, tampoco esas dejan huella.

3

Hasta el tiempo que se resiste a pasar acaba pasando y se lo lleva el desagüe.

4

Eso es lo que el pánico hace y lo que suele llevar a la perdición a quienes lo padecen: les hace creer que, dentro del mal o el peligro, en él están sin embargo a salvo…‘Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espada sin filo.

5

 No puedo dejar de existir mientras todas las otras cosas y las personas se quedan aquí y se quedan vivas.

6

Nos mirábamos con mutua envidia, la vida aventurera y la vida de horarios, la vida a la intemperie y la vida fácil, y yo siempre me preguntaba cómo esquivaría ella las ramas de los árboles que sobresalían desde las aceras .

7

acaso es la voluntad lo que de pronto se cansa y al retirarse nos trae la muerte, no querer ya querer ni querer nada, ni siquiera curarse, ni siquiera salir de la enfermedad y el dolor en los que se encuentra cobijo a falta de todo lo demás que ellos mismos van expulsando o quizá usurpando, porque mientras están ahí es aún no, aún no, y se puede seguir pensando y uno se puede seguir despidiendo.

8

Por el respeto que impone siempre la aparición del misterio si es que no hay dolor y llanto, pues si los hay no hay silencio, o viene luego. ‘Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espada sin filo: desespera y muere.

9

El hecho de que alguien muera mientras sigue uno vivo le hace a uno sentirse como un criminal durante un instante.

10

Llevaba unos segundos parado, inmovilizado por mi prisa mental, sin hacer nada, y la prisa nos hace pensar cosas contrarias.

11

Tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde. De casi nada hay registro, los pensamientos y movimientos fugaces, los planes y los deseos, la duda secreta, las ensoñaciones, la crueldad y el insulto, las palabras dichas y oídas y luego negadas o malentendidas o tergiversadas, las promesas hechas y no tenidas en cuenta, ni siquiera por aquellos a quienes se hicieron, todo se olvida o prescribe, cuanto se hace a solas y no se anota y también casi todo lo que no es solitario sino en compañía, cuan poco va quedando de cada individuo, de qué poco hay constancia, y de ese poco que queda tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo, la memoria individual no se transmite ni interesa al que la recibe, que forja y tiene la suya propia.

12

Es tanto más lo que sucede a nuestras espaldas, nuestra capacidad de conocimiento es minúscula, lo que está más allá de un muro ya no lo vemos, o lo que está a distancia, basta con que alguien cuchichee o se aleje unos pasos para que ya no oigamos lo que está diciendo, y puede que nos vaya la vida en ello, basta con que no leamos un libro para que no sepamos la principal advertencia, no podemos estar más que en un sitio en cada momento, e incluso entonces a menudo ignoramos quiénes nos estarán contemplando o pensando en nosotros, quién está a punto de marcar nuestro número, quién de escribirnos, quién de querernos o de buscarnos, quién de condenarnos o asesinarnos y así acabar con nuestros escasos y malvados días, quién de arrojarnos al revés del tiempo o a su negra espalda, como pienso y contemplo yo a este niño sabiendo más de él de lo que él sabrá nunca sobre el que fue esta noche.

13

Todo cortejo resulta ruin si se lo ve desde fuera o se lo recuerda, una mutua manipulación consentida, el mero cumplimiento trabajoso de un trámite y la envoltura social de lo que no es más que instinto.

14

A veces medimos cada vocablo según nuestras intenciones desconocidas.

15

El disimulo es una virtud.

16

 Ponerse gafas oscuras en los cementerios no es tanto para velar las lágrimas como para ocultar su ausencia.

17

Cuantos hablan de mí no me conocen, y al hablar me calumnian; los que me conocen callan, y al callar no me defienden; así, todos me maldicen hasta que me encuentran, mas al encontrarme descansan, y a mí me salvan, aunque yo nunca descanso.

(La muerte)

18

Qué difícil deshacerse del todo de las costumbres y creencias superficiales de los que nos preceden, cuyo simulacro conservamos a veces durante toda una vida —una vida más— por superstición y por respeto a ellos, las formas y los efectos tardan más en desaparecer y olvidarse que las causas y los contenidos.

19

Vivir en el engaño es fácil, y aún más, es nuestra condición natural, y por eso no debería dolernos tanto.

20

Y cuan poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de qué poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente para transitar tan sólo por la espalda o revés de ese tiempo, donde uno no puede seguir pensando ni se puede seguir despidiendo.

 

lunes, 2 de enero de 2023

[5] EL MONO

 

 

 

 

 

EL MONO (1934) Cuento de Isak Dinesen


Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

He empezado a hacer lo que hacemos los hermanos y hermanas cuando no sabemos a qué más recurrir, he empezado a escribir un libro ..

 


1

—¿Tú sabes qué es lo que se compra caro, se ofrece barato y todos lo rehúsan? La experiencia de los ancianos...

2

El amor perdido para siempre es una tortura perenne

3

Tendré, como todos los hombres, algún instinto malo más o menos desarrollado,

pero soy sólo una persona demasiado joven, tal vez un aprendiz de verdugo, y no he alcanzado todavía la virtud de llorar en el momento que quiera.”

[3] PARÍS ERA UNA FIESTA O EL ELOGIO DE LA LITERATURA.

 

PARÍS ERA UNA FIESTA O EL ELOGIO DE LA LITERATURA

 


Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

1

París era una fiesta (1964), obra póstuma de    Ernest Hemingway, escrita en una prosa sencilla, constituye una lección sobre literatura en general : de cómo y para qué se debe escribir. Era el diario de Hemingway, llevado en la década de los veinte del siglo XX cuando vivió en París., pobre pero feliz en un ambiente de atmósfera intelectual con librerías y bares para las tertulias .

2

París es la ciudad de la bohemia, los cafés, las charlas sobre narrativa y poesía con los amigos, las conversaciones sobre los libros leídos, la crítica literaria , juegos de azar y las interminables noches de fiestas, comidas y alcohol. Hemingway rescató el manuscrito en un sótano (1956) y le hizo un prólogo donde acota que es una novela de ficción “pero siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción arroje alguna luz sobre las cosas que fueron antes contadas como hechos..."

3

Hemingway habla sobre los escritores con quienes compartió en aquellos años dorados de la juventud: Gertrude Stein, Ezra Pound, James Joyce, Sylvia Beach ‒dueña de Shakespeare and Co.‒ o Scott Fitzgerald. Para cada uno de estos personajes tiene más de una anécdota.

4

Hemingway recuerda con nostalgia los días invernales parisinos, claros, fríos y maravillosos: vendían leña buena en la carbonería de enfrente, y muchos cafés habían puesto braseros fuera, de modo que podíamos sentarnos al calor de las terrazas.

5

"Yo quiero escribir de modo que haya efecto sin que el que lee se dé cuenta, y así mientras más lea más efecto le haré".

6

"Cuando se escribe un cuento para saber si es bueno hay que esperar a releerlo a día siguiente".

7

"Al terminar un cuento me sentía vaciado y a la vez triste y contento, como si hubiera hecho el amor".

8

El poeta Evan Shipman le dice a Hemingway: "En estos tiempos lo que más falta nos hace son el escritor realmente desprovisto de ambiciones y el poema inédito realmente bueno, claro que está el problema del comer".

9

Hemingway dice : En Dostoyevski había cosas increíbles y que no se debían creer, pero había unas tan verdaderas que uno cambiaba a medida que las leía. La flaqueza y la locura, la malignidad y la santidad, la insania del juego estaban allí para que uno las conociera...

10

Hemingway leía a Dostoyevski y pensaba en sus libros y se decía ¿Cómo puede escribir tan mal, tan increíblemente mal y hacernos sentir tan hondamente?

11

Una vez Hemingway le preguntó al poeta Ezra Pound su opinión sobre Dostoyevski, y éste le contestó:

-Sí, tengo que serte franco, nunca leo a los rusos.

12

En otra ocasión Hemingway se reunió con el poeta Evan Shipman en un café, y entre ellos se estableció el siguiente diálogo:

H:Dostoyevski no se puede releer. Una vez se me acabaron los libros y sólo tenía Crimen y castigo y no lo pude releer.

S: Dostoyevski era una mierda. De lo que escribía bien era de mierda y de los santos. Sus santos son una maravilla. Lástima que no haya manera de releerlo.

H: Voy a probar con los Hermanos Karamazov. Se pueden releer trozos. Tuvimos suerte  de poder leerlo una vez...

 

 

 

 

[2] EL VIEJO Y EL MAR

 

[2]EL VIEJO Y EL MAR

 Edgardo Rafael Malaspina Guerra


 

(“Es mejor tener suerte, pero yo prefiero ser prevenido. Entonces cuando la suerte viene, uno está preparado”)

 

1

EL viejo y el mar (Ernest Hemingway,1952) me recuerda a Moby Dick (Herman Melville, 1851) y a Relato de un náufrago ( Gabriel García Márquez , 1970). En todas estas novelas el hombre lucha contra las adversidades de la naturaleza en el mar.

2

El viejo pescador Santiago se enfrenta a muchos tiburones. Los escualos le arrebatan su botín, el fruto de su trabajo; pero esa derrota es también una victoria: ha pescado una pieza gigantesca, aunque no la ha podido cobrar.

3

El anciano pescador Santiago hace reflexiones filosóficas sobre el papel del hombre con respecto a los animales: su sacrificio debe hacerse de manera respetuosa porque formamos parte del mismo mundo. El hombre necesita del animal para satisfacer sus necesidades gastronómicas, pero el animal tiene también derecho a defenderse, aunque está en franca desventaja :“Los peces no son tan inteligentes como los que los matamos”.

4

A lo largo del texto hay párrafos poéticos sobre la soledad, la vejez (“Nadie debiera estar solo en su vejez. Pero es inevitable que así sea”), la valentía y la amistad.

 

 

[1] WERTHER O EL SUICIDIO COMO PRUEBA DE AMOR

 

 

[1] WERTHER O EL SUICIDIO COMO PRUEBA DE AMOR



Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

 

Argenis Rodríguez decía que la venganza en el amor no correspondido era matar a la mujer amada, pero con la pluma, a través de la escritura. Lo mismo hace Goethe: el amor no correspondido de su juventud es vengado con el suicidio literario. No es casualidad que Werther y Goethe nacieran el mismo día: el 28 de agosto.

 

1

Reina en mi espíritu una alegría admirable, muy parecida a las dulces alboradas de la primavera, de que gozo aquí con delicia.

2

Muchas veces se ha dicho que la vida es un sueño, y no puedo desechar de mí esta idea. Cuando considero los estrechos límites en que están encerradas las facultades intelectuales del hombre; cuando veo que la meta de nuestros esfuerzos estriba en satisfacer nuestras necesidades, que éstas sólo tienden a prolongar una existencia efímera; que toda nuestra tranquilidad sobre ciertos puntos de nuestras investigaciones no es otra cosa que una resignación meditabunda, y que nos entretenemos en bosquejar deslumbradoras perspectivas y figuras abigarradas en los muros que nos aprisionan.

3

Desgraciado, ¿no está loco? ¿No te engañas a ti mismo? ¿Adónde te conducirá esta pasión indómita y sin objeto? No pienso más en ella; ya no cabe en mi imaginación otra figura que la suya.

4

Nuestra imaginación, propensa por su naturaleza a exaltarse, alimentada por las fantásticas

imágenes de la poesía, se forja una serie de seres, entre los cuales ocupamos el último lugar,

y todo nos parece más grande fuera de nosotros, y todas las personas, más perfectas que la

nuestra.

5

Sólo Dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás. Y al día siguiente abro los ojos, vuelvo a ver la luz del sol y siento de nuevo el peso de mi existencia.

6

Habría menos amarguras si los hombres no se dedicasen con tanto ahínco a recordar dolores antiguos, en vez de soportar con entereza los presentes.