VERSOTERAPIA

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2007

LITERATURA Y MEDICINA

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LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

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lunes, 18 de marzo de 2024

IFIGENIA

 

 

 


 

IFIGENIA (1924)

 Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Es la primera novela de Teresa de la Parra narrada en forma de diario epistolar. El personaje principal se llama María Eugenia Alonso y regresa de Europa para vivir en Caracas. Su padre ha muerto y por componendas de un tío pierde su herencia.  Debe adaptarse a las nuevas condiciones sociales. Se impone la idea de casarse para sobrevivir, El matrimonio lo asume como un sacrificio semejante al de la Ifigenia mitológica.

 

 

 

 

 

FRASES Y PÁRRAFOS QUE ME GUSTARON

1

Abuelita tiene muy arraigado este principio falsísimo y pasado de moda:

—«Las personas que se fastidian es porque no son inteligentes».

Y claro, como mi inteligencia brilla de continuo y no es posible ponerla en tela de juicio, Abuelita deduce en consecuencia que yo me divierto a todas horas con relación a mi capacidad intelectual, es decir: muchísimo. Y yo por delicadeza se lo dejo creer.

2

Como sabes, Cristina, siempre he tenido bastante afición a las novelas. También la tienes tú, y creo ahora que fue sin duda ninguna esta comunidad de gusto por el teatro y las novelas la que hizo que intimáramos tanto durante los meses de vacaciones, así como durante los meses de colegio nos hizo intimar mucho aquella otra comunidad de gusto en los estudios.

3

Te escribo en mi cuarto cuyas dos puertas he cerrado con llave. Mi cuarto es grande, claro, empapelado de azul celeste, y tiene una ventana con reja que da sobre el segundo patio de la casa. Del lado afuera de la ventana, muy pegadito a la reja, hay un naranjo, y más allá, en cada una de las otras esquinas, hay otros naranjos. Como yo he colocado mi escritorio y mi sillón muy cerca de mi ventana, mientras pienso echada atrás la cabeza contra el respaldo del sillón, o apoyada de codos sobre la blanca tabla del escritorio, estoy siempre mirando mi patio de los naranjos. Y es tanto lo que tengo pensado mirando hacia arriba, que ya conozco hasta el más mínimo detalle de la verde filigrana sobre el azul del cielo . . .

4

Conversamos luego sobre los viajes, sobre los distintos climas, sobre la hermosura de la naturaleza tropical, sobre lo alegre que era la vida a bordo de un trasatlántico, y a las dos horas, disipada ya mi timidez del principio, éramos tan amigas y habíamos simpatizado tanto, que a mí me parecía haber encajado ya en una de mis casillas correspondientes del rompecabezas. Créeme, Cristina, y esto, por supuesto sin que lo sepa Abuelita, ¡de buena gana me hubiera quedado viviendo para siempre con aquella encantadora Madame Jourdan!

5

Hay instantes de la vida, Cristina, en que el espíritu parece desmaterializarse por completo, y lo sentimos erguirse en nosotros exaltado y sublime, como un vidente que nos hablara de cosas desconocidas. Experimentamos entonces una santa resignación por los dolores futuros, y sentimos también en el alma ese melancólico florecer de las alegrías pasadas, mucho más tristes que las tristezas, porque son en nuestro recuerdo como cadáveres de cuerpo presente que no nos decidimos a enterrar nunca . .

6

En las llegadas hay siempre un misterio triste.

Cuando un vapor se detiene, después de haber caminado mucho, parece que con él se detuvieran también todos nuestros ensueños y que callasen todos nuestros ideales. El suave deslizarse de algo que nos conduce es muy propicio a la fecundidad del espíritu. ¿Por qué? . . . ¿será tal vez que el alma al sentirse correr sin que los pies se muevan sueña quizás en que se va volando muy lejos de la tierra desligada por completo de toda materia? . . .

7

CONTRA LA SELECCIÓN NATURAL

Pero tío Pancho en un nuevo discurso muy bien documentado, y un poco paradójico también, nos demostró palpablemente los grandes perjuicios que ocasionan a la humanidad el microscopio, la higiene, las vacunas, la cirugía, y las academias de Medicina; cosas todas que según él suelen acabar con las personas verdaderamente robustas, conservando en cambio a los enfermizos, a los pobres, a los aburridos y a los desgraciados, seres infelices contra quienes se ensañan arbitrariamente al privarle de la muerte que es cosa tan natural e inofensiva.

8

El viaje de Macuto a Caracas, Cristina, es una atrevida excursión por la montaña, que dura casi dos horas. Para hacer esta excursión escalan la montaña y se la disputan juntos la carretera y el tren. El tren que es pequeñito y angosto, corre sobre unos rieles muy unidos, y para correr sobre ellos tiene rastreos ondulantes de serpiente y a ratos tiene también audacias de águila. Hay veces que se desliza entre lo más oscuro y verde de la montaña y cuando se piensa que sigue escondido aún entre las malezas y las rocas que están a la falda del monte, aparece de pronto sobre un picacho, animoso y valiente, con su penacho de humo. Antes de emprender el vuelo anda primero junto al mar muy cerquita de las olas, entra por los aledaños de La Guaira y del vecino pueblo de Maiquetía, da unos cuantos rodeos indecisos y es después cuando se lanza a conquistar la montaña. La carretera, que es más franca y menos audaz que el tren, camina también un rato junto al mar y los rieles, pasa por los dos pueblos, se aparta luego de todos y entonces ella sola en blancas espirales va enlazando la montaña con su cinta de polvo.

9

Si el cocotero es uno solo y se mira a distancia, en pleno aislamiento, erguido frente al mar, tiene la melancolía de un solitario que medita, y la inquietud de un centinela escudriñando el horizonte; sus palmas desgajadas en el espacio a tan larga distancia de la tierra parecen flores puestas en un búcaro de pie muy largo. Si se mira de tan lejos que lo etéreo del tallo se ha perdido en la atmósfera, aquellas hojas flotando en el ambiente, tienen entonces el misterio de un jirón de incienso que sube, y parecen evocar el símbolo místico de las oraciones abriendo sus tesoros junto al cielo.

10

El  fastidio  me ha hecho analista expansiva y escritora.

11

La naturaleza, pues, está ordenada en jerarquías, los animales más fuertes devoran a los más débiles, viven a sus expensas e imperan sobre ellos. El ser humano está a la cabeza de todas las jerarquías y es la suprema expresión del tipo aristocrático en la naturaleza. Estas pequeñas meditaciones, suelen despertar en mi espíritu, pensamientos filosóficos, si es que así pueden llamarse ciertas observaciones o razonamientos que acostumbro hacer en mis ratos de soliloquio y que no confieso a nadie por temor de que puedan parecer impertinentes o ridÍculas.

12

Pero semejantes soliloquios se paralizan inmediatamente en mi cerebro al recordar que esta malhadada propensión a la filosofía es causa de mi desdicha, fuente de mi tristeza, y origen de mi reclusión en San Nicolás, cosa que hasta el presente he sobrellevado con bastante estoicismo.

13

Y como he visto y palpado que el almacenar ideas propias es cosa tan insensata y peligrosa como el llevar una bomba de dinamita en el bolsillo, rechazo en seguida todo género de filosofías.

14

Después de mucho escoger, acabo siempre por sentarme sobre la peña que ataja la corriente en un pozo, y allí me pongo a contemplar el río, y le miro, le miro, muy fijo y muy cerca, hasta que poco a poco se va callando el mundo entero de mis pensamientos, olvido las ideas surgidas unos minutos antes, al pausado trotar de mi caballo, se borran unas tras otras las diversas imágenes materiales recogidas en el día, y convertida ya en un pedazo inconsciente de la naturaleza, empiezo a escuchar la voz sencilla y generosa del agua.

15

De tanto mirar el río me parece que también me fui caminando en su corriente, y que junto a las piedras y las arenas del fondo, junto a las frutas caídas y las ramas secas que pasaron flotando, junto al encaje de los árboles, y los azules pedazos de cielo que se reflejan desde arriba, el agua lleva también en sus entrañas este divino y torturante poema de mi amor. Sentada como estoy sobre la roca, en el poblado silencio del paisaje, copio por un instante el alma inmóvil de la piedra, y me quedo tranquila y callada, para que el río al pasar me cante mi poema en sus murmullos y me lo vaya enseñando en su espejo.

16

Estos diarios paseos vespertinos son consoladores como la confesión, porque descargan mi alma de su carga de tristeza. El río, con la misericordia de sus matas, sus peñones y sus murmullos, es el confesor que me absuelve todos los días de las negruras que le llevo; él me da consejos de esperanza, y me deja siempre en el espíritu la gracia infinita de la alegría. Yo bendigo a la brisa que me despeina los cabellos; bendigo a mi caballo que corre contra la brisa; y luego de bendecir a la naturaleza entera, también bendigo a Perucho, que es mi escudero y es mi acólito, en estas peregrinaciones sentimentales.

17

Y sobre la piedra del río, con el libro por cartera, y mis rodillas por escritorio, limando de tiempo en tiempo en una peña vecina la punta de mi lápiz cuando se hacía muy roma, mientras duró la luz del día estuve escribiendo, y escribí febrilmente esta carta, que tiene la loca sinceridad de todas las ardientes y silenciosas cartas de amor que nunca se envían.

18

Hace como cosa de dos años, yo tenía la costumbre de escribir mis impresiones. Pero dicha costumbre me duró tan sólo algunos meses, pues en un momento dado, sin saber por qué ni cómo, la encontré necia, ridícula, fastidiosísima, me dije que era una gran tontería escribirse cosas a sí mismo, y sin más ni más, en un día de actividad, tomé las cuartillas escritas, hice con ellas un gran paquete, lo envolví en un periódico, y luego de atarlo con una cinta de hiladilla blanca, lo escondí en el doble fondo de mi armario de luna donde nadie pudiese hallarlo nunca.

19

La prudencia y el espíritu de previsión no abundan mucho en el gremio de los literatos.

20

La lectura de las enterradas cuartillas escritas hace dos años, me tom ógran parte de la mañana, y la tarde entera de ayer. Consideradas literariamente, desde mi falsísimo punto de vista de autora, las he encontrado superiores a ciertas crónicas, cuentos, y poemas en prosa con los cuales acostumbran a engalanarse ciertos diarios y revistas; cosa esta que no es alabar mucho mis cuartillas, ni faltar descaradamente a la modestia, porque la mayoría de los cuentos, poemas, y crónicas a que me refiero, con perdón de sus autores, suelen parecerme bastante malos.

21

Pero acabo de ver que estoy filosofando, y como no quiero malgastar mi inteligencia en decir cosas profundas que nadie ha de leer nunca, aquí me detengo en cuanto a filosofías, y paso a relatar en pocas palabras, con la mayor claridad y concisión de que soy capaz, cómo, y cuándo, me ocurrió este gran acontecimiento del novio.

22

EL MITO DE IFIGENIA

Como en la tragedia antigua soy Ifigenia; navegando estamos en plenos vientos adversos, y para salvar este barco del mundo que tripulado por no sé quién, corre a saciar sus odios no sé dónde, es necesario que entregue en holocausto mi dócil cuerpo de esclava marcado con los hierros de muchos siglos de servidumbre. Sólo él puede apagar las iras de ese dios de todos los hombres, en el cual yo no creo y del cual nada espero. Deidad terrible y ancestral; dios milenario de siete cabezas que llaman sociedad, familia, honor, religión, moral, deber, convenciones, principios. Divinidad omnipotente que tiene por cuerpo el egoísmo feroz de los hombres; insaciable Moloch, sediento de sangre virgen en cuyo sagrado altar se inmolan a millares las doncellas!

.. .

Y dócil y blanca y bella como Ifigenia, ¡aquí estoy ya dispuesta para el martirio! Pero antes de entregarme a los verdugos, frente a esa blancura cándida que ha de velar mi cuerpo, quiero gritarlo en voz alta, para que lo escuche bien todo mi ser consciente:

— ¡No es al culto sanguinario del dios ancestral de siete cabezas a quien me ofrezco dócilmente para el holocausto, no, ¡no!. . . ¡Es a otra deidad mucho más alta que siento vivir en mí; es a esta ansiedad inmensa que al agitarse en mi cuerpo mil veces más poderosa que el amor, me rige, me gobierna y me conduce hacia unos altos designios misteriosos que acato sin llegar a comprender! Sí: Espíritu del Sacrificio, Padre e Hijo divino de la maternidad, único Amante mío; Esposo más cumplido que el amor, eres tú y sólo tú el Dios de mi holocausto, y la ansiedad inmensa que me rige y me gobierna por la vida.

 

jueves, 7 de marzo de 2024

UN POEMA DE JOSÉ MELÉNDEZ: MEDITACIÓN BAJO LOS FAROLES

 

MEDITACIÓN BAJO LOS FAROLES

 


 

Los faroles oran en la tensa quietud de la silenciosa oscuridad,

 cómplice de  amantes desnudos

que olvidan la guerra y recrean la vida...



[JOSÉ MELÉNDEZ]



miércoles, 28 de febrero de 2024

SOBRE EL QUIJOTE, LOS LIBROS Y LA LECTURA. POR: JOSÉ MELÉNDEZ.

 

 

SOBRE EL QUIJOTE, LOS LIBROS Y LA LECTURA

 


 



 José Meléndez.

Una intelectual cubana especialista en Miguel de Cervantes llamada, Mirta Aguirre. decía que un joven a los doce años  ya debía haber leído El Quijote. El  libro, después de la Biblia, que se ha logrado imprimir en  mayor cantidad es el Quijote;  supera a Romeo y Julieta. Cervantes y Shakespeare, autores de esas grandes obras, han sido traducidos a todas las lenguas.

 

 Creo que la literatura está en crisis. El papel fundamental para incentivar la lectura es la escuela. La idea es que los jóvenes aprendan a leer y que luego contagien a sus padres. Esto tomando en consideración que un sinnúmeros de nuestros superiores, en su mayoría son, analfabetas funcionales que solo saben firmar.

 En la ex Unión Soviética su población leía más que el resto de Europa. Los Estados Unidos ocupan un lugar trasero en lectura. Los cubanos con todo y eso que llamaron revolución leen muy poco.

Desconozco si los que hablamos español en general leemos lo suficiente. Una cosa es comprar libros; y otra, leerlos. 

Yo digo que los libros en las bibliotecas están en fila como los soldados esperando que una mano deseosa los acaricie y unos ojos inquietos los profanen.

miércoles, 31 de enero de 2024

UNA INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA DE TERRY EAGLETON (1983)

 

 

UNA INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA DE TERRY EAGLETON (1983)



Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Asi empieza su libro Terry Eagleton: “Si se deseara señalar una fecha al cambio que sobrevino en el campo de la teoría literaria en este siglo no sería del todo desacertado decidirse por 1917, el año en que Viktor Shklovsky, joven formalista ruso, publicó un ensayo que abrió brecha: "El arte como recurso". Desde entonces, especialmente durante los dos últimos decenios, las teorías literarias han proliferado extraordinariamente incluso el significado de "literatura", "lectura" y "crítica" ha experimentado cambios de fondo”.

Luego, el autor analiza las teorías literaias modernas.

1

Los formalistas rusos vieron el lenguaje literario como un conjunto de desviaciones de una norma, como una especie de violencia lingüística: la literatura es una clase "especial" de lenguaje que contrasta con el lenguaje “ordinario" que generalmente empleamos. El reconocer la desviación presupone que se puede identificar la norma de la cual se aparta.

2

Varias veces se ha intentado definir la literatura. Podría definírsela, por ejemplo, como obra de "imaginación", en el sentido de ficción, de escribir sobre algo que no es literalmente real. Pero bastaría un instante de reflexión sobre lo que comúnmente se incluye bajo el rubro de literatura para entrever que no va por ahí la cosa. La literatura inglesa del siglo XVII incluye a Shakespeare, Webster, Marvell y Milton, pero también abarca los ensayos de Francis Bacon, los sermones de John Donne, la autobiografía espiritual de Bunyan y aquello —llámese como se llame— que escribió Sir Thomas Browne.

3

La literatura es la ideología moral de nuestro tiempo.

4

Hay poetas que sienten pero no piensan; y otros que sienten pero no piensan.}

5

La literatura transforma e intensifica el lenguaje ordinario, se aleja sistemáticamente de la forma en que se habla en la vida diaria.

6

En su famoso estudio Practical Criticism (1929), el crítico I. A. Richards, de la Universidad de Cambridge, procuró demostrar cuán caprichosos y subjetivos pueden ser los juicios literarios, y para ello dio a sus alumnos (estudiantes de college) una serie de poemas, pero sin proporcionar ni el nombre del autor ni el título de la obra, y les pidió que emitieran su opinión. Por supuesto, en los juicios hubo notables discrepancias, además, mientras poetas consagrados recibieroncalificaciones medianas se exaltó a oscuros escritores. (Como en la catación de vinos: productos de mil dolares fyeron catalogados de malos; mientras que otros vinos con precios de dos dolsres fueron catalogados como buenísimos. Nota de ERMG)

7

La Nueva Crítica rompió audazmente con la teoría de los "grandes hombres" de la literatura, e insistió en que lo que el autor intentó al escribir, aun cuando pudiera recobrarse, carecía de importancia para la interpretación de su texto.

8

En el ámbito de la crítica literaria, la fenomenología tuvo alguna influencia sobre los formalistas rusos. Así como Husserl “puso entre paréntesis” el objeto real a fin de fijar su atenciónen el acto de conocerlo,  formalistas también pusieron entre paréntesis el objeto real y se concentraron en la forma en que se le percibe.

9

Según Gadamer, toda interpretación de una obra de otros tiempos consiste en un diálogo entre el pasado y el presente. Ante una de esas obras se escucha su voz, un tanto extraña, con sabia pasividad heideggeriana, permitiéndole cuestionar lo que hoy en día nos interesa o preocupa. Ahora bien, lo que la obra nos “diga” dependerá del tipo de preguntas que podamos dirigirle desde la favorable posición en que estemos colocados históricamente.

10

La hermenéutica, como ya vimos, tiende a concentrarse en obras del pasado: las cuestiones que suscita nacen principalmente de esta perspectiva. Esto no debe sorprendernos dados sus orígenes escriturísticos, pero es significativo sugiere que el principal papel de la crítica consiste en comprender y hacer comprender a los clásicos.

11

En la raíz de toda literatura se encuentran cuatro “categoríasnarrativas” —lo cómico, lo romántico, lo trágico y lo irónico- que podrían corresponderrespectivamente a los cuatro mythoi de la primavera, el verano, el otoño y el invierno.

12

Las obras literarias están hechas con otras obras literarias.

13

La Nueva Crítica reconoció que la literatura era, en algún sentido significativo, cognoscitiva, y que proporcionaba cierto conocimiento del mundo.

14

La literatura no es una forma de conocer la realidad sino una especie de sueño utópico colectivo que ha continuado a través de la historia, una expresión de esos anhelos humanos fundamentales que dieron origen a la civilización pero que nunca se satisfacen plenamente dentro de ella. No ha de verse como autoexpresión de autores considerados individualmente, los cuales no pasan de funciones de este sistema universal. La literatura nace del tema colectivo de la especie humana, y en esa forma encarna arquetipos o figuras de significación.

15

Para Frye la historia real es servidumbre y determinismo, mientras que la literatura es el único lugar donde se puede ser libre.

16

Los poemas son malos cuando no contienen suficiente información, pues, como apunta Lotman, “la información es belleza”.

17

El estructuralismo desechó simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni se refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto individual, ambos son descartados, y sólo queda entre ellos, en el aire que los separa, un sistema de reglas.

18

Para los estructuralistas, el "lector ideal" de una obra era uno que tuviera a su disposición todos los códigos o claves que la hicieran exhaustivamente inteligible. El lector era así una especiede imagen de la obra reflejada en un espejo; alguien que podía entenderla "como era". El lector ideal tendría que estar perfectamente equipado con todo el conocimiento técnico esencial para descifrar la obra; debería aplicar impecablemente ese conocimiento, y estar libre de toda restricción estorbosa. Si el modelo se llevaba hasta el extremo, el lector tendría que ser apátrida, no pertenecer a ninguna clase social, no haber sido engendrado, estar libre de características étnicas y de prejuicios culturales coartantes. Es verdad que no se encuentran muchos lectores que llenen satisfactoriamente esas condiciones, pero los estructuralistas concedían que el lector no tenía que realizar algo tan pedestre como el existir real y verdaderamente.

19

A decir verdad, el movimiento literario modernista fue, en principio de cuentas, lo que hizo que nacieran tanto el estructuralismo como el postestructuralismo. Algunas de las últimas obras de Barthes y Derrida son por sí mismas textos literarios modernistas, experimentales, enigmáticos y profundamente ambiguos.

20

Igualmente inadecuada es la muy conocida opinión de Freud sobre el arte: lo compara con la neurosis.5 Con esto quiso decir que al artista -como al neurótico— lo oprimen urgentes necesidades instintivas que lo llevan a alejarse de la realidad para acercarse a la fantasía. Sin embargo, al contrario de otros creadores de fantasías, sabe cómo aprovechar, modelar y quitar asperezas a sus ensueños de manera que resulten aceptables para los demás (pues como somos envidiosos y egoístas, según Freud, nos inclinamos a encontrar repulsivos los sueños de los demás). El poder de la forma artística es decisivo para modelar y suavizar asperezas; proporciona al lector o al espectador lo que Freud llama "placer anterior"; suaviza sus defensas contra la realización de los sueños de los demás y le permite anular la represión por un momento y gozar del placer prohibido de sus propios procesos inconscientes.

21

Harold Bloom se sirve de la obra de Freud para lanzar una de las teorías más atrevidas y originales del último decenio. Lo que en realidad hace Bloom es reescribir la historia literaria en función del complejo de Edipo. Los poetas viven angustiados a la sombra de un poeta "fuerte" que los antecedió, como hijos oprimidos por sus padres. Cualquier poema puede considerarse como intento para escapar de esa "angustia de la influencia" remodelando sistemáticamente un poema anterior. El poeta, encerrado en una rivalidad edipal con su castrante "precursor", procurará desarmar esa fuerza entrando a ella desde dentro, escribiendo en tal forma que revise, desplace y remodele el poema precursor. En este sentido puede considerarse que todos los poemas reescriben otros poemas, o que son "interpretaciones o captaciones defectuosas" de esos poemas, intentos por resguardarse de su fuerza aplastante a fin de que el poeta pueda abrirse un espacio donde desplegar su originalidad imaginativa. Todo poeta está “atrasado”, es el último de una tradición.

El poeta fuerte es el que tiene valor para reconocer ese atraso y se dispone a socavar el poder de su precursor. Cualquier poema, a decir verdad, no pasa de labor de zapa, de una serie de recursos que pueden considerarse como estrategias retóricas y como mecanismos de defensa psicoanalíticos para desbaratar y superar otro poema. El significado del poema constituye otro poema.

22

Una vez que Freud observaba a su nieto jugando en su cochecito, vio que arrojaba un juguete fuera del cochecillo y gritaba fort! (se fue), y que luego, tirando de una cuerda, lo recuperaba y gritaba da! (aquí). Este famoso juego del fort-da lo interpreta Freud en el libro Más allá del principio del placer (1920) como superación o dominio del niño ante la ausencia de su madre, pero también puede interpretarse como los primeros destellos de la forma narrativa. El fort-da

quizá sea el relato más breve que pudiera uno imaginar: se pierde un objeto y a continuación se le recupera. Aun los relatos más complejos pueden interpretarse como variantes de este modelo: elpatrón del relato clásico consiste en que se desbaratará un arreglo original que, al fin y al cabo, vuelve a la forma inicial. Desde este punto de vista el relato es una fuente de consuelo: los objetos perdidos constituyen para nosotros una fuente de ansiedad, símbolo de ciertas pérdidasinconscientes más profundas (el nacimiento, las heces, la madre) y siempre es placentero volverlos a encontrar seguros en su lugar.

23

En las páginas de este libro he procurado demostrar que la historia de la teoría literaria moderna es parte de la historia ideológica de nuestra época. Desde Percy Bysshe Shelley hasta Norman N. Holland la teoría literaria ha estado indisolublemente ligada a las ideas políticas y a los valores ideológicos. Sin duda, la teoría literaria es menos un objeto de investigación intelectual por propio derecho que una perspectiva especial desde la cual se observa la historia de nuestra época.

Y esto no debe sorprendernos en lo más mínimo. Cualquier conjunto de teorías referente al significado, a los valores, al lenguaje, a los sentimientos y a la experiencia humanos inevitablemente tendía que referirse a conceptos muy hondos sobre la naturaleza tanto de los individuos humanos como de las sociedades, los problemas de la sexualidad y del poder, las interpretaciones del pasado, los puntos de vista sobre el presente y las esperanzas para el porvenir.

 

 

martes, 23 de enero de 2024

BREVE INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA (2000)

 

 

 

BREVE INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA  (2000)




 Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Empieza precisando el térmimo “teoría”. Cita a  Rousseau, Foucault y  Deerrida. Teoría es lo contrrio de práctica. Se teoretiza cuando se reflexiona. La teoría es aplicable a todas las disciplinas, inclusivea  la Literatura.

 

1

Rousseau escribió  : Los lenguaje  están hechos par a ser hablados; la escritura sirve solo de suplemento.

2

Un texto es aislado, apartado de su entorno original , puede ser interpretado como literatura.

3

La literatura está presenta en cualquier escrito.

4

Antes lo literario se englobaba bajo la palabra “poesía”.

5

El Romanticismo sustituyo a la Ilustración en el siglo XVIII. Cobró importancia no sólo el autor, sino también la obra,el género y el lector.

6

En el siglo XIX se entendía por literatura lo que no abarcaba las ciencias exactas.

7

En la Modernidad se entendía por Literatura lo estético: poesía, teatro y cuentos.

8

El acto de leer es una experiencia cognitiva del intelecto  que influye sobre la manera de pensar del lector.

9

El tiempo en la Literatura es infinito.

10

Kant es el fundador de la estética moderna: La estética es el intento de salvar la distancia entre el hecho material y el hecho espiritual.

10

 Una obra literaria se crea a partir de otras obras: intertextualidad.

11

Literatura es cultura.

12

El mito está presente en todos los quehaceres humanos.

13

 George Steiner:  “Un clásico es una forma significante que nos lee, es ella quien nos lee, más de lo que nosotros la leemos a ella”.

14

La literatura tiene sentido a través del lector.

15

Una obra lleva la intención del autor, pero también las diferentes interpretaciones de los lectores. Muchos escritores han admitido que no pensaron en una obseervación de algún lector que le da un giro lógico a la trama del libro.

16

Aristóteles: con la retórica se persuade, con la poesía se imita.

17

La metáfora altera el uso corriente del lenguaje para inluir sobre el pensamiento.

18

Géneros literarios:

Poesía o lírica.

Narrativa.

Teatro o drama.

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 15 de enero de 2024

EL ARBOLITO DE NAVIDAD : SOÑAR CON EL FUTURO Y NO VIVIR EL PRESENTE

 

EL ARBOLITO DE NAVIDAD : SOÑAR CON EL FUTURO Y NO VIVIR EL PRESENTE.


 

 

ERMG

Salí temprano a caminar  y vi que colocaron cerca de la residencia  un enrejado para lanzar los arbolitos de Navidad como basura. La nieve los cubre como si fuera la escarcha que una vez lucieron con prestancia. Eso me hizo recordar un cuento de  Hans Christian Andersen llamado “El abeto”(El pino).

En un bosque el abeto pequeño observa cómo unos hombres con hachas derriban a los abetos grandes y se los llevan para convertirlos  en arbolitos de Navidad.  El abeto pequeño siente envidia y quiere crecer rápido para ser también importante como los árboles altos.

Un día el abeto pequeño creció y vinieron los hombres de las hachas, lo derribaron y se lo llevaron. Le colocaron luces y adornitos navideños.Se sentía importante porque la Navidad giraba en torno a sus ramas. Cuando terminó la Navidad notó que sus hojas se marchitaban. Le quitaron las luces y adornos. Lo lanzaron a la basura. De esa manera el pinito supo que el mundo de los adultos es algo muy distinto al mundo infantil; y se lamentó de no haber disfrutado el presente  porque se la pasaba soñando con  el futuro.

Hans Christian Andersen escribe:

«¡Todo pasó, todo pasó! -dijo el pobre abeto-. ¿Por qué no supe gozar cuando era tiempo? Ahora todo ha terminado».

 

ESPUMA Y NADA MÁS. HERNANDO TÉLLEZ