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2007

LITERATURA Y MEDICINA

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LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

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sábado, 2 de octubre de 2021

VICENTE HUIDOBRO Y SU LEGADO POÉTICO

 


RAICES DEL IDEARIO POETICO DE VICENTE HUIDOBRO

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

1

 

La estética del sugerimiento de Vicente Huidobro marcó la pauta de la poesía a partir del siglo XX. Según Eduardo Mitre Vicente Huidobro es hombre de espacio y sed de cielo.  Asimismo, agrega,  “porque el poema es sobre todo forma, estructura, relación entre sus partes, Huidobro otorga gran importancia a la técnica, al acto lucido de la composición poética”. 

“Es decir – sigue explicando Mitre – Huidobro concibe la poesía como un lenguaje dentro de otro lenguaje; un lenguaje en el que las palabras recobrando su función mágica pierdan su significación estrictamente para adquirir otra más profunda y como rodeada de una aura luminosa”.  “El valor del lenguaje de la poesía está en razón directa de su alejamiento del lenguaje que se halla”.

 

2

En un bellísimo fragmento poético de Huidobro apreciamos esos conceptos (En los Salmos del Árbol):

“Mi boca te ama porque en medio de la tierra te yergues anhelante como una copa que aguarda el fresco licor de las nubes”.

3

El mismo Huidobro afirmaba que un poeta debe decir aquellas cosas que nunca se dirían sin él.  “Amo las sutilezas espirituales; admiro a los que perciben las relaciones más lejanas de las cosas.  A los que escriben versos que resbalan como la sombra de un pájaro y que solo advierten los de muy buena vista”, afirmaba. 

 

4

Para Vicente Huidobro la poesía solo debe dar las señales, asomar situaciones para que el lector disfrute imaginando el desenlace.  Eso es el arte del sugerimiento:  “El arte del sugerimiento, como la palabra lo dice, consiste en sugerir.  No plasmar las ideas brutalmente, gordamente, sino esbozarlos y dejar el placer de la reconstitución al intelecto del lector”.

5

Quien escribe debe buscar cosas nuevas, abrir caminos, ser original: “si no se ha de decir algo nuevo no hay derecho para hacer perder tiempo al prójimo”. Por lo tanto, el poeta sólo da una muestra. Con una muestra entendemos el todo.  Con una gota de sangre el especialista diagnostica y sabe en qué estado se encuentra un organismo.  Puede vaticinar, pronosticar.

6

Huidobro para reforzar una idea sobre el sugerimiento recuerda las palabras del Mallarme:  “Pienso que solo es necesaria una alusión:  la contemplación de los objetos, la imagen que surge de los ensueños suscitados por ellos, en el canto.  Nombrar un objeto es suprimir las tres cuartas partes del goce del poema, que consiste en adivinarlo poco a poco.  El perfecto uso del misterio constituye el símbolo:  evocas poco a poco un objeto para patentizar un estado de alma o, por el contrario, escoger un objeto para deducir de él un estado de alma por una serie de adivinaciones... Si un ser de una inteligencia mediana y de una cultura literaria insuficiente ahí por casualidad un libro así escrito, y pretende gozar con su lectura no consigue su objeto”.

7

En la cultura milenaria China se tenía unas concepciones, estética similar a la que expone Huidobro y Mallarmé.  En un relato de la antigua China se habla del verdadero arte y su secreto; lo cual es extensivo hasta la poesía.

Sin más comentarios leamos:

 

Concurso de Pintura

 

 

El emperador de la Dinastía Song decretó un concurso nacional a fin de seleccionar a los mejores pintores para la Academia Imperial de Bellas Artes.  El mismo monarca escribió un verso para que los concursantes crearan su obra bajo ese título.  El verso decía:  “Un templo antiguo en la profundidad de las montañas”.

 

Miles de pintores participaron en el concurso, desarrollando su imaginación para interpretar el verso del emperador.  Algunos de ellos dibujaron un templo antiguo en la falda de una montaña.  Otros dibujaron un bosque del que se destacaba parte del tejado de una construcción antigua.  Había quienes pintaron los muros rojos de los templos sobre un fondo de montañas, etc.  Aunque el estilo pictórico marcaba dos tendencias fundamentales:  la detallista y la esencial, en las obras presentadas al concurso se apreciaban dos denominadores comunes:  el templo y las montañas.

Después de las primeras selecciones, quedaban cien pinturas para el final del concurso nacional.  El mismo emperador formó parte del jurado.  Los organizadores enseñaban uno a uno los cuadros al tribunal, a fin de obtener sus calificaciones.  Al emperador no le llamaron la atención ninguna de las obras que le enseñaron, porque no le gustaba la expresión pictórica demasiado directa y realista.  Dijo:

-La reproducción gráfica de un templo entre las montañas aminora el sentido poético del título y empobrece la imaginación y la espiritualidad del verso.

Cuando iba a retirarse desanimado, los cortesanos abrieron una pintura muy original:  Allí no se veía ningún templo ni nada por el estilo.  Solo había un viejo monje que cargaba dos cubos de agua con un palanquín caminando por entre un bosque silencioso.

El emperador se quedó mirando este cuadro con sorpresa y gran satisfacción.  Al cabo de un rato exclamó:

- ¡Magnífico! Éste es el que más me gusta.  No se ve ningún templo, pero te parece que está cerca.  Lo antiguo del monasterio está en la edad del monje.  Ni hay montañas, pero el bosque lo evoca.  Aparentemente falta una relación entre la pintura y el verso, pero el lenguaje alegórico del pintor invita a desarrollar nuestra imaginación pensando en ese templo antiguo y las montañas que no se ven en el cuadro.  Si el verso de una imagen del templo entre las montañas, la pintura sugiere un ambiente poético nada común.

Los demás miembros del jurado manifestaron su sincera conformidad con el criterio del emperador, eligiendo por unanimidad el autor de esta original obra como el primer ganador de este concurso.

 

 

Engels afirmaba que las novedades son cosas viejas bien olvidadas, porque las antiguas, de alguna u otra manera, ya las habían conocido.

 

 

 

 

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