XX
UN AMOR ENTRE EL SUEÑO Y LA VIGILIA
En
verdad, aunque te veo muy poco
no
dejo de verte en mis sueños.
A
medida que la edad crece
el amor también.
Eres
una fruta muy alta
y
lo tomo no como una derrota,
sino, más bien, como la montaña
que
deseas trepar y quedarte en la cima
y sentir el frío de las alturas
con olores a flores y hojas frescas
y
ver tu figura dibujada en nubes
henchidas
de lluvia
y
tu cabellera ondulando
y
acrecentando al universo.
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