XXXVII
LAS
CAMPANAS DE LA IGLESIA DE MI PUEBLO
¡Buenos
días, amor!
El
amanecer ya no traduce el sonido
de las campanas de la iglesia de mi pueblo
la
modernidad es mordaza de la generación reciente,
los
gallos cantan a medias
y
el olor al café colado ya no inunda las calles ni la plaza.
La luna bosteza de a poquito
temiendo
despertar sin la compañía de los ordeñadores,
los
sueños vestidos de soledad
van al mercado con pasos perdidos.
Los espantos desaparecieron,
las
gallinas están en huelga de alas caídas
las abuelas olvidaron el rosario
y
los pájaros emigraron a otras tierras...