PALABRAS
PARA “POEMAS DE BOLSILLO” DE JOSÉ MELÉNDEZ”.
José
Meléndez sabe de la importancia de la
poesía para la vida espiritual del hombre. Por ese motivo ha escrito poemas
desde su juventud. Estos poemas están en hojas dispersas en sus libros, ocultos
en los estantes de su biblioteca o perdidos para siempre, como consecuencia de
la trashumancia impuesta por los
vaivenes de la vida y las impermanencias del amor.
José
Meléndez escribe porque se acoge al precepto de Horacio, según el cual el texto
del poeta es más durable que el bronce o el mármol.
La
poesía de Meléndez se fragua a través de la decantación de las
palabras hasta lograr el mensaje preciso. Mensaje que es un viaje al interior de su alma, que es también la de cada lector, porque las pasiones de un hombre
son las de todos.
José
es un hombre de bien, cristiano, apegado al legado de los santos; por eso su
producción lírica se ubica en el contexto de la definición hecha por José Gregorio
Hernández:
“La poesía es de todas las artes la más
excelsa, es el arte divino. Nada escapa a su jurisdicción; ella expresa en
grado sublime la belleza toda, la belleza natural, la intelectual y la moral.
Su instrumento, que es la palabra, es lo más bello que hay en el universo
después del hombre. La poesía penetra en el fondo del alma humana, pone en
movimiento todas sus actividades y la engrandece, porque satisface todas sus
aspiraciones artísticas”.
Los
poemas de bolsillo de José Meléndez son aforismos filosóficos, siempre a la
mano para enfrentar cualquier percance existencial. Son ráfagas balsámicas,
cuya brevedad rinde honor a la sentencia chejoviana de que la brevedad es
hermana del talento.
Edgardo
R Malaspina G
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