GABO:
CARTAS Y RECUERDOS
Edgardo
Malaspina
1
Así se llama el libro del afamado periodista
colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, y en
el cual habla (en 250 páginas) de
su amistad con Gabriel García Márquez, desde los tiempos universitarios hasta
que lo acompañó a recibir el Premio Nobel de Literatura. Esa amistad estableció
fuertes lazos desde el momento que Plinio Apuleyo se atrevió hacerle
observaciones a uno de los primeros libros del Gabo. Desde entonces el autor de
Cien años de soledad le confió la lectura de sus libros antes de publicarlos.
2
Esta
obra de PAM es una cátedra de periodismo, literatura e historia contemporánea.
3
Gabo,
según PAM, “le robaba horas enteras al sueño para escribir cuentos o novelas”,
cuando dejó definitivamente la universidad para dedicarse de lleno a lo que más amaba: la literatura.
4
Gabo
se refiere a su disciplina férrea así: “La verdad es que la disciplina te la da
el propio tema. Si lo que estás haciendo te importa de veras, si crees en él,
si estás convencido de que es una buena historia, no hay nada que te interese
más en el mundo y te sientas a escribir porque es lo único que quieres hacer…”.
“El deber de un revolucionario es escribir bien …(y) la única posibilidad que
se tiene de escribir bien es escribir
las cosas que se han visto”. Gabo es terriblemente exigente con sus
manuscritos, los cuales pasan por todos los filtros “hasta quedar seguro que no
le falta ni le sobra una sola coma”
5.
PAM
pensó siempre que Gabo tenía su vida muy planificada para llegar hasta donde
llegó; sin embargo, una vez le confesó entre copas de champaña: “Yo no sabía,
te lo juro, hasta donde podía empujar el carro. Simplemente me levantaba cada
mañana, sin saber que iba ser de mí, y lo empujaba. Un poco más. Siempre un
poco más, sin saber si llegaba o no llegaba. Sin saber nada”. Luego Gabo se
compara con Macomber, el personaje de Hemingay que sale a cazar un león con
miedo, pero igual lo mata, y agrega: “Todos tenemos que cazar un león. Algunos
hemos llegado a hacerlo. Pero temblando”; y PAM filosofa dialécticamente que del miedo nacen los valientes; del
fracaso, el triunfo; y del infortunio, la dicha.
6
Al
principio de la revolución cubana ambos escritores fueron invitados a un
fusilamiento, pero declinaron la invitación “porque a la muerte y al amor no
se les puede mirar por el ojo de la
cerradura”.
7
PAM
fue simpatizante de las revoluciones comunistas, pero luego las rechaza por ser
sectarias y dogmáticas .No acepta que estos movimientos políticos confíen el
poder a un solo jefe, con cuya desaparición una burocracia gris y férrea
pretende eternizarse. Critica que en los regímenes de corte comunista se limite
la libertad de expresión recurriendo a eufemismo y al idealismo semántico.
También critica irónica y duramente a los falsos revolucionarios que no beben
champaña en público argumentando el sufrimiento del pueblo, pero si lo hacen en
privado al menos que lo prohíba un problema cardíaco”.
8
PAM se refiere al caso Padilla (1971) que dividió
a los intelectuales de la época. Muchos no dudaron en ver que la revolución
cubana estaba tomando un rumbo autoritario y represivo( Vargas Llosa y más de
medio centenar de escritores ); otros como el propio Gabo, callaron; pero Julio
Cortázar era el más radical a la hora de seguir apoyando a Fidel Castro .Esto
le valió el calificativo de “viejo verde
de la política”: “porque llegó al compromiso con la revolución , con la
izquierda y con el socialismo a una edad crepuscular, pero con el fervor
enteramente acrítico de un adolescente”.
9
Plinio
Apuleyo Mendoza y Gabriel García Márquez tienen opiniones distintas sobre las
revoluciones latinoamericanas; pero seguían siendo buenos y viejos amigos a
pesar de esas diferencias políticas “porque se han acostumbrado a no tocar el
tema, salvo por un ocasional intercambio de bromas”.
10
PAM
recuerda que cuando acompañó a Gabo en Estocolmo para recibir el Premio Nobel,
éste le murmuró, sorprendido ante la parafernalia de la ceremonia con luces,
flores y trajes de etiqueta: “Mierda, esto es como asistir uno a su propio
entierro”.
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