LA REGENTA
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
La Regenta (1884), de Leopoldo Alas Clarín, es la novela de España más importante después
del Quijote. El tema como en Madame Bovary (1857) y en Ana Karenina (1878) es
la infidelidad; no obstante, en esta obra tiene un eje transversal: el
anticlericalismo, la crítica a la religión cristiana , sus magistrados y
acciones: debajo de una sotana también hay pasiones.
En La Regenta se aborda el síndrome de Madame Bovary o
bovarismo, entendido como “el estado
de insatisfacción crónica de una persona (especialmente en el campo afectivo o
amoroso), producido por el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones (a
menudo desproporcionadas respecto a sus propias posibilidades) y la realidad,
que suele frustrarlas”.
El amor de la Regenta (Ana Ozores) se lo disputan tres hombres: su esposo, Víctor
Quintanar; don Álvaro Mesía que se cree un Casanova de pueblo y el cura o Magistrado,
Fermín de Pas que observa con un catalejo la vida externa de los habitantes de
Vetusta, mientras desde el confesionario indaga en el interior de sus almas. En
el pueblo se dice a media voz que es un practicante de la simonía.
El amor del esposo de Ana es paternal, el del cura es
espiritual , platónico con un sesgo erótico; pero el de Álvaro es netamente
carnal. La lucha entre Álvaro y el magistrado no sólo es un torneo amoroso, es
también un dilema filosófico religioso: el bien y el mal, el materialismo y el
idealismo. El magistrado se cree vencedor porque logra el arrepentimiento de un
ateo en extremaunción y también porque Ana se le somete espiritualmente y se
viste de Nazarena con pies descalzos en una procesión de Semana Santa. No
obstante, el verdadero vencedor el Álvaro que se lleva a la cama a la Regenta a
pesar de su fama de honrada y casi santa.
1
Lo que digo es que sólo creo en la bondad que da la
naturaleza; a un árbol la salud ha de entrarle por las raíces... pues es lo
mismo, el alma…
2
La obligación está antes que la devoción.
3
La alcoba es a la mujer lo que el estilo al hombre.
4
Dime cómo duermes y te diré quién eres.
5
Mi libertad termina donde empieza la del otro.
6
La poesía épica es la infancia de la humanidad y de
los pueblos.
7
El arte no tiene sexo.
8
Pensar solo es pensar a medias. Se necesita una
oposición.
9
La bondad nace de la salud.
10
Antes mentir que exagerar.
11
En una mujer hermosa es imperdonable el vicio de
escribir.
12
Las prendas morales raras en Vetusta son : la
tolerancia, la alegría expansiva y la despreocupación en materias
supersticiosas.
13
La música es el ruido que menos incomoda.
14
El hombre abandonado a sus instintos es inmoral.
15
La poesía de la virtud parece prosa al que no es
virtuoso.
16
Es un placer gozar la tibia llama de la pasión de
soslayo.
17
No creo en Dios, pero si en la justicia.
18
Puede haber nobleza y no haber Dios.
19
En la juventud el amor es de cabeza: pura imaginación.
20
Más es la ocasión que la seducción.
21
La cuestión de si hay Dios o no, no se resuelve, se
disuelve.
22
La actividad piadosa es una higiene del espíritu.
23
Celos es amor. No hay humo sin fuego.
24
Los amores humanos tienen un vocabulario infantil.
25
La religión es consuelo para el espíritu, la limosna
para el cuerpo.
26
La filosofía moderna demostró que el escolasticismo es
un tejido de puerilidad.
27
El valor de la escritura:
Ana escribió primero a su médico, que era en la
actualidad el antiguo sustituto de Somoza. Benítez, el joven de pocas palabras
y muchos estudios, observador y taciturno, había permitido a su enferma, a la
Regenta, que escribiera, si este ejercicio la distraía, a ciertas horas en que
la aldea no ofrece ocupación mejor. «Escríbame usted a mí, por ejemplo, de vez
en cuando, diciéndome lo que sabe que importa para mi pleito. Pero si se siente
mal de esas aprensiones dichosas no me dé pormenores, bastan generalidades...»
- Continúo mi diario, en el cual no me permito el lujo
de perderme en psicologías ya que usted lo prohíbe también. Todos los días
escribo algo, pero poco.
28
Vivir es esto: gozar del placer dulce de vegetar al sol.
29
El extremo de la tortura es el desprecio de la lógica,
la duda de las leyes del pensamiento y de la palabra, y por último el
desvanecimiento de la conciencia .
30
La ironía tiene algo de bilis.
31
Debajo de una sotana hay pasiones.
32
Nadie hasta el final es dichoso.
33
Ateo arrepentido:
Huyó de la catedral triste, aprensivo, dudando de la
Humanidad, de la Justicia, del Progreso... y apretando los dientes para que no
chocasen los de arriba con los de abajo.
Entró en su casa... Pidió tila, se acostó... y, al
verse rodeado de su mujer y de sus hijas, que le echaban sobre el cuerpo
cuantas mantas había en casa, el ateo empedernido sintió una dulce ternura
nerviosa, un calorcillo confortante y se dijo: «Al fin hay una religión, la del
hogar.»
-A la mañana siguiente despertó a toda la casa a
campanillazos. «Se sentía mal. Que llamasen a Somoza.» Somoza dijo que aquello
no era nada. Ocho días después propuso a la señora de Guimarán el arduo
problema de lo que allí se llamaba «la preparación del enfermo.» «Había que
prepararle», ¿a qué? «A bien morir.»
-Agapita lloró sobre el pecho flaco de su padre. Desde
la sala habían oído el diálogo entre Somoza y la hija menor de Guimarán,
Perpetua. Media hora después toda Vetusta sabía el milagro. «¡El Ateo llamaba
al Magistral para que le ayudara a bien morir!»
-Don Fermín estaba en cama. Su madre, echada a los
pies del lecho, como un perro, gruñía en cuanto olfateaba la presencia de algún
importuno. El Magistral se quejaba de neuralgia; el ruido menor le sonaba a
patadas en la cabeza. Doña Paula había prohibido los ruidos, todos los ruidos.
Se andaba de puntillas y se procuraba volar.
Teresina creyó que el recado de las señoritas de
Guimarán era cosa grave, y merecía la pena de infringir la regla general.
—Están ahí de parte de la señora y señoritas de
Guimarán...
—¡De Guimarán! —dijo el Magistral, que estaba
despierto, aunque tenía los ojos cerrados.
—¡De Guimarán! Tú estás loca... —dijo doña Paula muy
bajo.
34
El mundo es un confesionario: Un basurero.
35
El misticismo es un exaltación nerviosa.
36
El adulterio es caer, pero caer al cielo.
37
El amor platónico es el no consumado.
38
La libertad y el gobierno son antitéticos.
39
Los matrimonios se aburren a los dos años.
40
Déjate tentar, pero no te dejes vencer.
41
El arte es una religión.
42
Una mujer de veintisiete años ya ha entrado en la
vejez.
43
La poesía es el lenguaje del entusiasmo.
44
Un museo es una exposición permanente de manías.
45
No basta la virtud, es necesario saber aparentarla.
46
Hay que aparentar más virtud de la que se tiene.
47
Una beata tiene un pie en la iglesia y otro en el
mundo.
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