PALABRAS PARA UNOS CUENTOS DE ALÍ REYES
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
Los escritos de Alí Reyes son una mezcla deliciosa de
cuentos, relatos y crónicas. Esa percepción la tengo desde que leí
Tigrero, su primera publicación. Guillermo Meneses afirmaba que no tiene
importancia para el cuento si la historia relatada es real o imaginaria, porque
la única regla es que sea maravillosa,
condición que se logra cuando se confunde el hecho histórico con el
ficticio.
Los cuentos Portugal Mar Afuera, Punto Fijo
y El arma secreta son ejemplos de esa corriente literaria (la historia
fabulada) profesada por maestros como el venezolano Francisco Herrera Luque y
el ruso Valentín Pikul ,y que bien podrían servir de material didáctico para
entender y reinterpretar amenamente la Historia, según la Escuela de los
Annales , propugnada por Marc Bloch.
En el cuento La pirámide
Wallenda entra en juego, más acentuadamente, la crónica, género que
tiene relación con la historia, la literatura y el periodismo ; y que Alí cultiva
con esmero en esa variante epistolar del posmodernismo que son los blogs
(tigrero-literario.blogspot.com) , cuyos puntos tratados son definidos por el
propio autor como “anarquía temática” y que bien pudieran caracterizar su
intereses intelectuales y sus tendencias estilísticas narrativas.
Por otro lado,
no preciso exactamente por qué establezco una relación entre el relato El
ocho y La I latina de José Rafael Pocaterra. Tal vez por la atmósfera
melancólica que los envuelve y la nostalgia por la infancia y el aprendizaje de
las primeras letras que los impregna.
Por último, no pude evitar reminiscencias muy íntimas
con la lectura de los cuentos Esa Pálida soledad y Meu
fillio. El primero me recordó un sepelio en mi pueblo natal. Cuando
todos abandonaban el cementerio un hombre pasado de tragos se quedó sobre el
terraplén recién conformado vociferando
a todo pulmón: “…quieren dejar solo al
difunto”.
En el segundo, una frase con énfasis garciamarquiano me
estremeció: …el pasado no tiene importancia. Pero la tendrá a medida
que estés más distante de él... En efecto, queremos indagar sobre
nuestros seres queridos, tener el cuento de sus vidas a través de sus propias
palabras, expresarles nuestro cariño , respeto y agradecimiento precisamente
cuando ya no están con nosotros.
Creo que el imperativo de la literatura es escribir
bien para suscitar emociones y conmover el espíritu. Alí Reyes lo logra.
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