FIESTA
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
Fiesta
(1926) de Ernest Hemingway es un libro que puede ubicarse en varios géneros :
autobiografía, diario, literatura de
viajes, ensayo sobre tauromaquia (Sanfermines en Pamplona.),
relato sobre la bohemia, y discurso sobre la cultura etílica.
2
Los
personajes pertenecen a la Generación Perdida (escritores entre las dos guerras
mundiales) y su vida bohemia transcurre entre Francia y España.
3
Los
personajes principales son el periodista estadounidense Jake Barnes (incapacitado
sexualmente luego de un trauma)y la enfermera Brett Ashley.
4
La
conversación, los diálogos y descripción de los paisajes naturales durante el
viaje van estructurando la trama.
FRASES
Y PÁRRAFOS
1
Desconfío
de todas las personas francas y sencillas, especialmente cuando sus historias
parecen tener lógica.
2
Aquel
invierno Robert Cohn se fue a América con su novela que le fue aceptada por un
buen editor. Su marcha originó, al parecer, una terrible pelea. Creo que fue
entonces cuando Frances lo perdió, pues en Nueva York varias mujeres fueron
amables con él y regresó muy cambiado. Estaba más entusiasmado que nunca con
los Estados Unidos, y no era ya ni tan sencillo ni tan amable. Los editores
habían alabado en gran manera su novela, y eso se le había subido a la cabeza.
Además, diversas mujeres se habían desvivido por serle agradables, cosa que
trastocó todos sus horizontes. Durante cuatro años se había limitado
exclusivamente a su mujer, y durante tres más, o casi tres, no había visto más
allá de Frances. Estoy seguro de que jamás en su vida se había enamorado.
3
Tengo
la vergonzosa costumbre de imaginarme las escenas de alcoba de mis amigos.
4
Era
una tibia noche de primavera. Robert se había ido y yo seguía sentado a una
mesa en la terraza del Napolitain, contemplando la caída de la noche, la
aparición de los anuncios luminosos, las señales rojas y verdes del tránsito,
la multitud que pasaba, los coches de caballos que marchaban con su clop-clop
por el borde de las compactas filas de taxis, y las poules que, solas o en
parejas, iban en busca de su comida vespertina.
5
Por
la mañana bajé por el Boulevard hacia la Rue Soufflot, para tomar café y un
brioche. Era una hermosa mañana. Los castaños de Indias de los jardines del Luxemburgo
estaban en flor, y se sentía la agradable impresión que proporcionan las
primeras horas de un día caluroso. Con el café, leí los periódicos, y luego
fumé un cigarrillo. Las floristas iban llegando del mercado y ponían en orden
el surtido del día. Los estudiantes pasaban, hacia arriba, en dirección a la
Facultad de Derecho, o hacia abajo, a la Sorbona. El Boulevard bullía de
tranvías y de gente que iba a trabajar.
6
Al
cruzar el Sena vi una hilera de barcazas vacías, remolcadas río abajo,
deslizándose sin casi tocar el agua. Cuando llegaron ante el puente, los
bateleros cogieron las pértigas. El río tenía un aspecto delicioso. En París,
siempre era agradable cruzar puentes.
7
Los
bosques fueron los primeros templos de Dios.
8
Después
de un rato salimos de las montañas; la carretera estaba bordeada de árboles y
había un riachuelo y campos de trigo maduro; la carretera, muy blanca, siguió
un rato en línea recta y luego, al subir una pequeña elevación del terreno,
apareció a lo lejos, a mano izquierda, una colina con un viejo castillo rodeado
de construcciones casi pegadas a él, y un campo de trigo que llegaba hasta los
mismos muros y ondeaba al viento.
9
Pasamos
por un pueblo y el conductor paró frente a la posada para recoger unos cuantos
paquetes. Nos pusimos de nuevo en marcha y, al salir de la aldea, la carretera
empezó a ascender. Atravesábamos una tierra de labranza, con colinas rocosas
que descendían suavemente hasta llegar a los terrenos cultivados. Los campos de
cereales ascendían por las laderas de las colinas. Ahora que estábamos más
arriba, el viento agitaba el trigo. La carretera era blanca y polvorienta, y el
polvo levantado por las ruedas se mantenía como suspendido en el aire detrás de
nosotros. La carretera se metió por entre las colinas y dejó abajo los ricos
campos de cereales. Ahora sólo había manchas de grano en las laderas de las
colinas desnudas y a los lados de los cursos de agua
10
Subiendo
por una colina, entramos en un espeso bosque. El camino continuaba ascendiendo;
a veces se hundía, pero volvía a salir y a empinarse. Durante todo el rato
oíamos al ganado que pastaba en los bosques. Al final, el camino desembocó en
lo más alto de las colinas. Estábamos en la cima del más alto de todos aquellos
montículos boscosos que habíamos visto desde Burguete. Las fresas salvajes
crecían en el lado soleado de la loma, en un pequeño claro que había en medio
de los árboles.
11
Afición
significa pasión. Un aficionado es alguien que se apasiona por las corridas de
toros.
12
No
sé a qué hora me fui a la cama. Recuerdo que me desnudé, me puse una bata y
salí al balcón. Me daba cuenta de que estaba completamente borracho, por lo que
cuando entré encendí la lamparilla de la cabecera de la cama y me puse a leer.
Leía un libro de Turguenev. Seguramente leí el mismo par de páginas varias
veces. Era una de las historias de los Relatos de un cazador. Ya lo había leído
antes, pero me pareció completamente nuevo. El paisaje descrito se me apareció
con claridad, al mismo tiempo que se aligeraba el peso que sentía en la cabeza.
Estaba muy borracho y no quería cerrar los ojos porque entonces la habitación
empezaría a dar vueltas y más vueltas, mientras que, si seguía leyendo, aquella
sensación desaparecería.
-
Volví
a encender la luz para leer. Cogí el volumen de Turguenev. Sabía que, si lo
leía entonces, en el estado de hipersensibilidad mental producido por el exceso
de coñac, algún día, más adelante, recordaría las aventuras con la sensación de
que era a mí a quien le habían ocurrido. Nadie podría quitármelo nunca. Era
otra de las cosas buenas por las que uno tenía que pagar y que luego conservaba
siempre. Un poco después, al amanecer, me dormí.
13
Disfrutar
de la vida no era más que aprender a sacar todo el partido posible del dinero
que se
tenía,
y darse cuenta de cuándo se había logrado. Uno podía aprovechar al máximo su
dinero. El mundo era un buen sitio para estos intercambios. Tenía todo el
aspecto de ser una filosofía inteligente. Dentro de cinco años, pensé, me
parecerá tan estúpida como cualquiera de las otras filosofías inteligentes por
las que he pasado.
14
Era
una hermosa mañana, con altas nubes blancas encima de las montañas. La noche
anterior había llovido un poco y en la planicie hacía fresco y se podía
contemplar, además, desde ella un panorama maravilloso. Todos nos sentíamos
buenos y llenos de salud.