VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA
2007

LITERATURA Y MEDICINA

LITERATURA Y MEDICINA
LIBRO DEL DR. EDGARDO MALASPINA : LITERATURA Y MEDICINA

VERSOTERAPIA

VERSOTERAPIA

miércoles, 29 de noviembre de 2023

[1.694] (67-2023)

 

FIESTA




Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

1

Fiesta (1926) de Ernest Hemingway es un libro que puede ubicarse en varios géneros : autobiografía, diario,  literatura de viajes, ensayo sobre tauromaquia (Sanfermines en Pamplona.), relato sobre la bohemia, y discurso sobre la cultura etílica.

2

Los personajes pertenecen a la Generación Perdida (escritores entre las dos guerras mundiales) y su vida bohemia transcurre entre Francia y España.

3

Los personajes principales son el periodista estadounidense Jake Barnes (incapacitado sexualmente luego de un trauma)y la enfermera Brett Ashley.

4

La conversación, los diálogos y descripción de los paisajes naturales durante el viaje van estructurando la trama.

FRASES Y PÁRRAFOS

1

Desconfío de todas las personas francas y sencillas, especialmente cuando sus historias parecen tener lógica.

2

Aquel invierno Robert Cohn se fue a América con su novela que le fue aceptada por un buen editor. Su marcha originó, al parecer, una terrible pelea. Creo que fue entonces cuando Frances lo perdió, pues en Nueva York varias mujeres fueron amables con él y regresó muy cambiado. Estaba más entusiasmado que nunca con los Estados Unidos, y no era ya ni tan sencillo ni tan amable. Los editores habían alabado en gran manera su novela, y eso se le había subido a la cabeza. Además, diversas mujeres se habían desvivido por serle agradables, cosa que trastocó todos sus horizontes. Durante cuatro años se había limitado exclusivamente a su mujer, y durante tres más, o casi tres, no había visto más allá de Frances. Estoy seguro de que jamás en su vida se había enamorado.

3

Tengo la vergonzosa costumbre de imaginarme las escenas de alcoba de mis amigos.

4

Era una tibia noche de primavera. Robert se había ido y yo seguía sentado a una mesa en la terraza del Napolitain, contemplando la caída de la noche, la aparición de los anuncios luminosos, las señales rojas y verdes del tránsito, la multitud que pasaba, los coches de caballos que marchaban con su clop-clop por el borde de las compactas filas de taxis, y las poules que, solas o en parejas, iban en busca de su comida vespertina.

5

Por la mañana bajé por el Boulevard hacia la Rue Soufflot, para tomar café y un brioche. Era una hermosa mañana. Los castaños de Indias de los jardines del Luxemburgo estaban en flor, y se sentía la agradable impresión que proporcionan las primeras horas de un día caluroso. Con el café, leí los periódicos, y luego fumé un cigarrillo. Las floristas iban llegando del mercado y ponían en orden el surtido del día. Los estudiantes pasaban, hacia arriba, en dirección a la Facultad de Derecho, o hacia abajo, a la Sorbona. El Boulevard bullía de tranvías y de gente que iba a trabajar.

6

Al cruzar el Sena vi una hilera de barcazas vacías, remolcadas río abajo, deslizándose sin casi tocar el agua. Cuando llegaron ante el puente, los bateleros cogieron las pértigas. El río tenía un aspecto delicioso. En París, siempre era agradable cruzar puentes.

7

Los bosques fueron los primeros templos de Dios.

8

Después de un rato salimos de las montañas; la carretera estaba bordeada de árboles y había un riachuelo y campos de trigo maduro; la carretera, muy blanca, siguió un rato en línea recta y luego, al subir una pequeña elevación del terreno, apareció a lo lejos, a mano izquierda, una colina con un viejo castillo rodeado de construcciones casi pegadas a él, y un campo de trigo que llegaba hasta los mismos muros y ondeaba al viento.

9

Pasamos por un pueblo y el conductor paró frente a la posada para recoger unos cuantos paquetes. Nos pusimos de nuevo en marcha y, al salir de la aldea, la carretera empezó a ascender. Atravesábamos una tierra de labranza, con colinas rocosas que descendían suavemente hasta llegar a los terrenos cultivados. Los campos de cereales ascendían por las laderas de las colinas. Ahora que estábamos más arriba, el viento agitaba el trigo. La carretera era blanca y polvorienta, y el polvo levantado por las ruedas se mantenía como suspendido en el aire detrás de nosotros. La carretera se metió por entre las colinas y dejó abajo los ricos campos de cereales. Ahora sólo había manchas de grano en las laderas de las colinas desnudas y a los lados de los cursos de agua

10

Subiendo por una colina, entramos en un espeso bosque. El camino continuaba ascendiendo; a veces se hundía, pero volvía a salir y a empinarse. Durante todo el rato oíamos al ganado que pastaba en los bosques. Al final, el camino desembocó en lo más alto de las colinas. Estábamos en la cima del más alto de todos aquellos montículos boscosos que habíamos visto desde Burguete. Las fresas salvajes crecían en el lado soleado de la loma, en un pequeño claro que había en medio de los árboles.

11

Afición significa pasión. Un aficionado es alguien que se apasiona por las corridas de toros.

12

No sé a qué hora me fui a la cama. Recuerdo que me desnudé, me puse una bata y salí al balcón. Me daba cuenta de que estaba completamente borracho, por lo que cuando entré encendí la lamparilla de la cabecera de la cama y me puse a leer. Leía un libro de Turguenev. Seguramente leí el mismo par de páginas varias veces. Era una de las historias de los Relatos de un cazador. Ya lo había leído antes, pero me pareció completamente nuevo. El paisaje descrito se me apareció con claridad, al mismo tiempo que se aligeraba el peso que sentía en la cabeza. Estaba muy borracho y no quería cerrar los ojos porque entonces la habitación empezaría a dar vueltas y más vueltas, mientras que, si seguía leyendo, aquella sensación desaparecería.

- Volví a encender la luz para leer. Cogí el volumen de Turguenev. Sabía que, si lo leía entonces, en el estado de hipersensibilidad mental producido por el exceso de coñac, algún día, más adelante, recordaría las aventuras con la sensación de que era a mí a quien le habían ocurrido. Nadie podría quitármelo nunca. Era otra de las cosas buenas por las que uno tenía que pagar y que luego conservaba siempre. Un poco después, al amanecer, me dormí.

13

Disfrutar de la vida no era más que aprender a sacar todo el partido posible del dinero que se

tenía, y darse cuenta de cuándo se había logrado. Uno podía aprovechar al máximo su dinero. El mundo era un buen sitio para estos intercambios. Tenía todo el aspecto de ser una filosofía inteligente. Dentro de cinco años, pensé, me parecerá tan estúpida como cualquiera de las otras filosofías inteligentes por las que he pasado.

14

Era una hermosa mañana, con altas nubes blancas encima de las montañas. La noche anterior había llovido un poco y en la planicie hacía fresco y se podía contemplar, además, desde ella un panorama maravilloso. Todos nos sentíamos buenos y llenos de salud.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario