LA
HISTORIA DE SINUHÉ
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
La
Historia de Sinuhé es un cuento egipcio que se conoce por dos de los papiros de
Berlín, el 1499 (B), que contiene algunos fragmentos de la historia, y el 3022
(R), más completo, descubierto por el egiptólogo François Chabas en 1863.
2
Sinuhé
el tesorero del rey del Bajo Egipto, gran amigo único, dignatario administrador
de los distritos del soberano en las tierras de los asiáticos.
3
Senusert
I (Sesostris en versión griega) –de quien era servidor Sinuhé–, fue el segundo
faraón de la dinastía XII, del Imperio Medio, que gobernó de c. 1956 a 1910 a.
C.; los primeros años fue corregente con su padre, Amenemhat I, que fue
asesinado hacia el año 1947 a. C., fecha en que da comienzo el relato.
4
El
relato está narrado en primera persona, con una fácil erudición que muestra
coloridas descripciones de lugares, costumbres y personas tanto de Egipto como
de otras tierras, lleno de datos precisos y con una exaltación del sentimiento
y pensamiento egipcios: la añoranza de la patria, el anhelo de vida eterna.
5
Es
una de las obras maestras del cuento, género que en Egipto alcanzó gran
desarrollo en el Imperio Medio. Este es de tipo realista, y utiliza la prosa en
casi toda la narración, aunque cuenta con partes en verso.
6
Cuando
Sinuhé viaja para avisar a Sesostris (en campaña contra los libios) de la
muerte de su padre, se le adelantan otros mensajeros: oculto, escucha cómo un
hombre informa a otro de los príncipes de la casa real, y se da cuenta de que
Amenemhat ha sido asesinado según las órdenes dadas por este príncipe.
Asustado, creyendo que al no haber sido capaz de descubrir el complot y avisar
al corregente sería castigado, huye de Egipto y se encamina al país de Retenu
(Siria).
7
Invitado
por el príncipe Amunenshi, se casa con la hija de este y llega a ser jefe de
una de las tribus y un reconocido general, consiguiendo riquezas y poder, sobre
todo después de vencer en un duelo a un príncipe local.
8
Ya
anciano, intercambia misivas con el Faraón y regresa a Egipto tras repartir sus
bienes entre sus hijos, para ser enterrado allí con todos los ritos necesarios
para conseguir la vida eterna en el momento de la muerte, siendo alojado
mientras con toda clase de comodidades por el rey, que le entregó una casa de
campo con sus rentas, y ordenó la preparación de una tumba de piedra y un rico
ajuar funerario.
9
¿A
qué se debió la huida de Sinuhé? La historia podría haberlo explicado mejor,
pero los hechos eran tan conocidos por la audiencia, que el relato se limita a
mencionarlos. La conspiración de algún príncipe, posible culpable de la muerte
de Amenemhat, se menciona de pasada. Esto impide comprender cuáles fueron los
temores de Sanehet, y por qué creyó que Sesostris le condenaría. Tampoco en las
cartas que envía en su vejez lo explica, se limita a presentar disculpas.
(1-9:Versión
a partir de Wikipedia)
10
Basándose
en esta historia, el escritor finlandés Mika Waltari escribió en 1945 una
novela llamada Sinuhé, el egipcio, aunque trasladándola a los tiempos de
Akenatón (Amenhotep IV), y mezclándola con las conspiraciones que hubo en este
reinado debido a la fracasada revolución religiosa. En 1954 se realizó una
versión cinematográfica.
FRGMENTOS
DEL RELATO DE SINUHÉ (1)
1
Pensando
que mi vida estaba en peligro, huí sin que en mi ánimo hubiera albergado la
idea de escaparme. Mis piernas comenzaron a moverse solas y yo seguí a mi
nariz. Encontré un lugar donde esconderme entre unos matorrales y me cuidé de
que nadie siguiera mis pasos.
2
Cuando
ya casi no me quedaba aliento, escuché los mugidos de un rebaño y vi como se
acercaba un grupo de beduinos. El jefe
de la tribu, que había estado en Egipto, me reconoció y me dio agua. También
pidió que se cociera leche para mí, y mi corazón se alegró y mis miembros
recuperaron las fuerzas. Después de pasar un tiempo con mi hospitalario
huésped, seguí viajando de región en región. Estuve en la maravillosa ciudad de
Biblos.
3
Carta
de Sinuhé al Faraón (Fragmentos en versos:
Yo que fui predestinado a emprender la huida
de mi amado país
albergo
en mi corazón la esperanza de regresar a palacio.
Concédeme,
pues, el deseo de contemplar el lugar donde siempre estuvo mí
corazón.
No
hay mayor gozo en este mundo que poder descansar en Egipto
la
tierra donde nací.
¡Ten
compasión de mí!
Te
ruego escuches las plegarias de este exiliado
y
que, con el corazón aplacado, Ra se apiade de mí.
Pido
que dios
me
suelte la mano que me cogió obligándome a llevar una vida errante.
¡Le
suplico que me la devuelva
y
me permita regresar al lugar del que partí!
¡Que
mi petición sea grata al corazón de su Majestad y que me permita, con su
magnanimidad,
servir, los años que me quedan, a la Reina Neferu y a sus hijos!
Ahora
que me ha alcanzado la vejez y me pesan los ojos.
Ahora
que mis brazos se han debilitado y mis pies se resisten a obedecerme,
mi
corazón está cansado de latir y se acerca el día en el que debo
prepararme
para navegar hacia las ciudades de la eternidad.
4
Cuando
el faraón Sesostris recibió la misiva de Sinuhé, le contestó con estas
conmovedoras palabras:
Ven
a Egipto
para
que veas la tierra donde has crecido
ahora
que has empezado a envejecer.
Ahora
que has perdido
tu
capacidad de amar y ser amado
tendrás
el embalsamamiento de los hombres rectos de espíritu.
Para
que goces de la eternidad
te
brindaremos una noche con aceite de enebro
las
pilastras de tu tumba serán de piedras blancas
y
no permitiremos que seas metido en una piel de carnero.
Tu
envoltura de momia será de oro
y
la cabeza de lapislázuli
ven
para que seas conducido a la tierra de la bienaventuranza.
Al
poco tiempo el Rey envió emisarios a recogerme y yo entregué todos mis bienes a
mis hijos dejando al primogénito al mando de la tribu.
Al
llegar a la sala del trono me arrojé al suelo hasta frotarlo con el vientre y
Sesotris me dijo:
Levántate
para que pueda hablar contigo. Por fin has regresado después de haber recorrido
en tu huida muchos países extranjeros. Ahora que la vejez ha alcanzado tu
sombra y se ha apoderado de ti, has obrado con rectitud al desear que tu cuerpo
sea enterrado en el país donde naciste y no en tierras foráneas. No te agites
contra ti mismo, tú el que guardas silencio cuando se pronuncia tu nombre.
Desde
ahora -dijo el faraón dirigiéndose a la esposa real Neferu y a sus hijos- lo
conservaré como uno de mis consejeros y ocupará el lugar que se merece en la
corte.
Después
me instalaron en una la lujosa mansión digna de un príncipe donde abundaban las
riquezas y objetos valiosos. Sus dependencias estaban decoradas con frescos y
exquisitos murales con imágenes del horizonte por el que todos partimos hacia
la eternidad.
5
Levantaron
para mí una pirámide de granito en medio de las pirámides. Los mejores pintores
decoraron el interior, grandes escultores la embellecieron y famosos artesanos
se emplearon a fondo en la obra. Frente a mi tumba se cultivaron huertos y
jardines, al igual que se hace con un alto funcionario de la corte. Mi efigie
fue cubierta de oro, al igual que mi faldellín. El mismo faraón en persona
dirigió la construcción de mi morada eterna. Jamás a un hombre corriente le fue
otorgado tal privilegio.
(Resumen hecho a partir de la traducción de Javier Cortines: La
verdadera historia de Sinuhé)
6
Relación
con otras historias:
"Particularmente
sugestivos son los paralelos con el texto Bíblico, que ya fueron señalados
desde la publicación de las primeras traducciones de nuestro texto: la huida y
éxodo de Sinuhé evoca inevitablemente la figura de Moisés, expulsado de Egipto,
perdido en el desierto, pero también rescatado de la muerte gracias a la
hospitalidad de la tribu de Jetró, con cuya hija, Sefora, se casará. Y, por
supuesto, el paralelismo entre el duelo singular de Sinuhé con el campeón sirio y el relato bíblico de la lucha de David y Goliat
es mucho más que una mera coincidencia…" (2)
REFERENCIAS
Elizabeth
Noreña: Sinuhé, un egipcio exiliado. El relato original.
Wikipedia
(1)
Resumen
hecho a partir de la traducción de Javier Cortines: La verdadera historia de
Sinuhé
(2)
José Miguel Serrano Delgado (Universidad de Sevilla) en : El viaje hacia la
muerte en el antiguo Egipto.
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