LAS
BUCÓLICAS
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
Las
Bucólicas (Églogas) fue la primera obra de Virgilio (41 y 37 a. C) y consta de
diez poemas. Virgilio se inspiró en la
poesía del griego Teócrito, creador del género pastoril.
En
las bucólicas se evoca la vida campestre, la flora y la fauna, la tierra y la
crisis por las expropiaciones, consecuencias de las guerras; las cosechas, el
pastoreo, el amor (sobre todo en no correspondido), la música, el futuro con invocación de una edad de oro
que sugiere retornará.
Las
Bucólicas son diálogos y monólogos impregnados de melancolía con invocación
constantes de los dioses de la mitología grecorromana.
Hay
contrapunteo de cantos y certámenes de versos y poemas entre pastores.
Las
Bucólicas son un elogio al arte poético.
“Las
Bucólicas, como las Geórgicas, anticipan algunos rasgos distintivos del método
de Virgilio en la Eneida: “La sistemática organización del material, la reordenación
caleidoscópica de palabras y motivos tomados respetuosamente de un predecesor
para hacer algo totalmente nuevo, la expresión de sentimientos esenciales
gracias a vetas de sensaciones que recorren un material aparentemente heterogéneo”
(Camps, W.A).
La
cuarta Bucólica es la más famosa y conocida porque se remite al nacimiento de
un niño que se asocia al surgimiento de una nueva era. Los cristianos
primitivos la invocaron como la anunciación de Jesús por parte de un pagano.
1
Tenemos fruta
madura,
blandas castañas y
queso fresco en abundancia;
en lontananza los
tejados de las chozas humean ya en sus lomeras
y de los altos
montes caen alargándose las sombras.
2
El pastor Coridón
ardía de amor, sin ninguna esperanza,
por el hermoso Alexis,
amado por su patrón.
Se dedicaba solo a
ir a un bosque tupido de hayas,
de copas umbrosas.
Allí, solitario, con inútil esfuerzo,
profería a los
montes y bosques desconsolados lamentos.
3
Recuerda
que se debe ser más comedido al reprochar a un hombre.
4
“La
IV bucólica es una emocionada felicitación a Polión, pero con un lenguaje ¿ profético
y neopitagórico. Esto y su altísimo estilo dejaron pasmados a los lectores de
la época. Después, en la antigüedad cristiana, este canto de esperanza fue interpretado
como una profecía mesiánica por ciertas coincidencias de lenguaje con la
Biblia. No nos admiremos si el emperador Constantino clausuró el Concilio de
Nicea con la lectura de esta bucólica”. (J. Picasso M).
Agustín
de Hipona y otros pretendieron que era posible la manifestación divina a través
de elementos paganos.
Las
interpretaciones bajo los signos de cristianismo tiene que ver con el siguiente
párrafo de Isaías 11, 6-8: “Vivirá el lobo con el cordero, yacerá el leopardo
con el chivo, habitarán juntos el ternero, el león y la oveja y un niño pequeño
los guiará. Pacerán juntos el ternero y el oso; juntos descansarán sus
cachorros. El león comerá paja como el buey y el niño de teta jugará junto a la
madriguera de la serpiente”.
En
realidad, esta Bucólica se relaciona metafóricamente con la esperanza en un
futuro mejor; y más exactamente con el nacimiento del hijo de un amigo: a Polión, íntimo amigo de Virgilio y a quien
dedica so obra, le nació un hijo al que llamó Salonino.
A
continuación, citamos la IV Bucólica en toda su extensión:
Cantemos, Musas
sicilianas, ¡asuntos un poco más altos!
No a todos gustan
los huertos y los humildes tamariscos:
sí cantamos los
bosques, ¡que los bosques sean dignos de un cónsul!
Por fin ha llegado
la última edad de la profecía de Cumas.
Íntegro renace el
gran orden de los siglos.
Por fin también
regresa la Virgen, los reinos de Saturno regresan,
por fin una nueva
generación desciende del alto cielo.
Casta Lucina, ya
reina tu hermano Apolo;
tú, solo ayuda al
nacimiento del niño, con el que cesará, primero,
la progenie de
hierro y, después, surgirá el linaje de oro en el mundo.
Bajo tu consulado,
el tuyo, oh Polión, esta edad gloriosa empezará;
bajo tu comando
los grandes meses su curso inaugurarán.
De nuestra
perversión aún quedan algunos vestigios,
pero su
eliminación librará a la tierra de su perpetuo terror.
El niño recibirá
una vida divina y verá a los héroes
mezclados con los
dioses, él mismo se verá con ellos
y gobernará al
mundo pacificado por las virtudes de su padre.
Y como primeros
regalos, oh niño, la tierra, sin labor alguna,
te prodigará
yedras errantes por doquier y bácaras
y colocasias
mezcladas con el sonriente acanto.
Por sí solas las
cabritas traerán a casa sus ubres henchidas de leche
y el rebaño vacuno
no temerá los grandes leones.
Por sí sola tu
cuna derramará para ti bellísimas flores.
Morirá la
serpiente y morirá la yerba de insidioso veneno.
Por doquier
brotará el amomo asirio.
Luego, apenas
puedas leer las hazañas de los héroes
y las gestas de
tus ancestros, y puedas conocer qué es el valor,
el campo se dorará
de espigas de suaves aristas;
rojos racimos de
uva colgarán de los abrojos salvajes;
la dura madera del
roble destilará un rocío de miel.
Subsistirán,
empero, algunos vestigios de la antigua malicia
que impulsen a los
hombres a desafiar a Tetis, a ceñir con muros
las ciudades, a
hender la tierra con surcos.
Habrá entonces un
segundo Tifis y una segunda Argo
que trasporte a
héroes escogidos; habrá también otras guerras
y de nuevo será
enviado a Troya un gran Aquiles.
Y, cuando la edad
adulta haya hecho de ti un gran hombre,
el viajero por sí
mismo renunciará al mar, y el pino flotante
no intercambiará
mercancías: toda tierra producirá de todo.
El campo no
sufrirá más las azadas, ni la viña los podones.
También el robusto
labrador desatará el yugo a los toros;
la lana no
aprenderá a mentir con polícromas tinturas,
sino que, en los
prados, tomará el vellón de los carneros
el delicado color
del múrice o el amarillo de la gualda;
por sí solos, los
corderos en el pasto se revestirán de escarlata.
“¡Apuraos! ¡Hilad
tales siglos!”, dijeron a sus husos las Parcas,
de acuerdo con la
voluntad inmutable de los Hados.
Ese será el
momento de ingresar a los grandes honores,
¡oh vástago
querido de los dioses, gran plenitud de Júpiter!
Mira al mundo, a
la tierra, al mar inmenso
y al cielo sublime
gravitar bajo el peso de la bóveda celeste;
mira cómo todo
exulta al acercarse el nuevo siglo.
¡Ah, que pueda
prolongarse el fin de mi vida
y quedarme
inspiración suficiente para cantar tus hazañas!
Nadie me ganaría
con sus cantos, ni el tracio Orfeo ni Lino,
aun asistidos
aquel por su madre, y este por su padre:
Orfeo por Calíope,
Lino por el hermoso Apolo.
Incluso Pan,
delante de la Arcadia como juez, no podrá competir conmigo;
incluso Pan,
delante de la Arcadia como juez, se declarará vencido.
Comienza, mi
pequeño, a reconocer por su sonrisa a tu madre
-nueve meses
acarrearon continuas molestias a tu madre-,
comienza, mi
pequeño: a quien no sonrieron sus padres
ningún dios lo
juzga digno de su mesa, ninguna diosa, de su lecho.
5
-Tus versos son
para nosotros, oh divino poeta,
como un sueño en
el prado para la gente cansada; como, en pleno calor,
apagar la sed en
la deliciosa agua de un arroyuelo saltarín.
- Como a Baco y a
Ceres, a ti, cada año, los agricultores
te harán votos: y
tú los obligarás a cumplirlos.
6
[Mnasilo
y Cromis en compañía de la náyade Egle, sorprenden a Sileno, que duerme ebrio
en su cueva. Lo atan y lo obligan a cantar un poema. Su canto es un poema
mitológico]
¡Adelante,
Piérides! Los jóvenes Cromis y Mnasilo
vieron
en un antro a Sileno, postrado por el sueño,
con
las venas hinchadas, como siempre, por el Iaco de la víspera;
unas
coronas tejidas habían caído de su cabeza, no muy lejos,
y
tenía un pesado cántaro colgado de su asa gastada.
7
-¿Qué podía yo
hacer? No tenía ni a Alcipe ni a Filis
para encerrar en
su morada a los corderos recién destetados,
y además un gran
certamen se presentaba: ¡Coridón contra Tirsis!
Preferí, pues, su
juego a mis serios asuntos.
Ambos, en versos
alternados, empezaron a concursar;
las Musas querían
que se compusieran versos alternados.
Estos son los que
Coridón recitaba y aquellos serán los de Tirsis.
- El fresno es el
árbol más bello de los bosques; el pino, de los huertos;
el álamo, de los
ríos; el abeto, de los altos montes.
Pero, Licidas
bello, si vinieras más a menudo a verme,
ganarías al fresno
en los bosques y al pino en los huertos
8
-
La fría sombra de la noche acababa de retirarse del cielo;
era
el momento en que el rocío de la blanda yerba gusta más al rebaño
-
Ahora, que el lobo huya del cordero, que los duros robles
produzcan
manzanas doradas, que el narciso florezca en el aliso,
que
los tamariscos exuden de sus cortezas el ámbar untuoso,
que
los búhos compitan con los cisnes, que Títiro sea un Orfeo,
un
Orfeo en los bosques, un Arión entre los delfines.
Comienza,
flauta mía, conmigo, los versos del Ménalo.
9
[La bucólica refleja el
drama personal de Virgilio durante las expropiaciones ]
-Oh
Licidas, esto nunca lo habíamos temido: haber vivido tanto
para
que un extranjero, adueñado de nuestros campitos, nos diga:
“Esto
es mío, ¡fuera de aquí, antiguos agricultores!”
Ahora,
vencidos, tristes, ya que la Fortuna todo lo trastorna, 5
le
llevamos a él estos cabritos -¡qué le traigan maldiciones!
-
La edad se lleva todo, incluso la memoria; en mi infancia, recuerdo,
acostumbraba
enterrar largos soles cantando.
Tantas
poesías están ya olvidadas, y ni aun la voz acompaña a Meris;
los
lobos fueron quienes miraron primero a Meris.
-
prosigamos la ruta cantando: nos pesará menos el camino.
Para
caminar cantando, te aliviaré de tu carga.
10
No cantamos a los
sordos: los bosques todo nos responden.
-¿Qué bosques o
quebradas os retuvieron, jóvenes Náyades,
cuando Galo se
consumía por un amor no correspondido? 10
Porque ningún pico
del Parnaso ni del Pindo
ni la aonia Aganipe
pudieron demoraros.
De él se
lamentaron los laureles y tamariscos;
el pinífero Ménalo
y las rocas del gélido Liceo
también lo
lloraron cuando yacía bajo una roca solitaria.
-prefiero sufrir
en los bosques y en las guaridas de las fieras
y grabar mis
amores en los árboles tiernos.
¡Al crecer los
árboles, creceréis, mis amores!
-El
Amor vence todo: cedamos también nosotros al Amor.
NOTAS:
-La
palabra "bucólico" proviene del griego
boukolikós (de boukólos, boyero) a través del latín bucolicus, y se refiere a
relatos, poemas y expresiones artísticas que se inspiran en representación de
la vida del campo y la naturaleza. "Boyero" es una persona que cuida
bueyes.
-Bucolismo:
idealización de la naturaleza y de la vida campesina.
-La
palabra "égloga" viene del griego eklogé y significa
"escogido, un poema pastoral en forma de dialogo". Sus componentes
léxicos son: el prefijo ek- (hacia fuera), y legein (escoger, decir, expresar).
No hay comentarios:
Publicar un comentario