RIMAS
(1870)
ERMG
Rimas
del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer
(1836-1870) fue publicada después de su muerte. En su primera edición
aparecieron 76 poemas; luego se le
añadieron otros. Contiene rimas asonantes y versos libres.
[Gustavo
Adolfo Bécquer, por Valeriano Bécquer, 1862 (Museo de Bellas Artes de Sevilla]
El
manuscrito original se denominaba “El libro de los gorriones”.
Los
temas fundamentales de las rimas son la poesía misma, el amor y la soledad.
“Por
los temerosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos, duermen los
extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el Arte los vista
de la palabra, para poderse presentar decentes en la escena del mundo”. (Gustavo
Adolfo Bécquer).
FRASES
Y RIMAS QUE ME GUSTARON
1
Mientras
haya en el mundo primavera,
¡habrá
poesía!
2
LII
Volverán
las oscuras golondrina,
en
tu balcón sus nidos a colgar,
y
otra vez con el ala a sus cristales
jugando
llamarán;
pero
aquellas que el vuelo refrenaban
tu
hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas
que aprendieron nuestros nombres,
esas...
¡no volverán!
Volverán
las tupidas madreselvas
de
tu jardín las tapias a escalar,
y
otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus
flores se abrirán;
pero
aquellas cuajadas de rocío,
cuyas
gotas mirábamos temblar
y
caer, como lágrimas del día...
esas...
¡no volverán!
Volverán
del amor en tus oídos
las
palabras ardientes a sonar;
tu
corazón de su profundo sueño
tal
vez despertará;
pero
mudo y absorto y de rodillas,
como
se adora a Dios ante su altar,
como
yo te he querido... desengáñate,
¡así
no te querrán!
3
LV
Amargo
es el dolor, ¡pero siquiera
padecer
es vivir.
4
LX
¡Cuándo
podré dormir con ese sueño
en
que acaba el soñar!
5
LXIX
Al
brillar un relámpago nacemos
y
aún dura su fulgor cuando morimos:
¡Tan
corto es el vivir!
La
gloria y el amor tras que corremos
sombras
de un sueño son que perseguimos
¡Despertar
es morir!
6
LXXIII
La
piqueta al hombro,
el
sepulturero
cantando
entre dientes
se
perdió a lo lejos.
La
noche se entraba,
reinaba
el silencio
perdido
en la sombra,
medité
un momento:
“¡Dios
mío, qué solos
se
quedan los muertos!”
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